La Fiscalía de Brasil exigió que Jair Bolsonaro devuelva todos los regalos que recibió durante su mandato
05 septiembre 23El pedido surge en medio de un escándalo que involucra al ex jefe de Estado, a su esposa Michelle y a seis personas de su círculo íntimo, quienes fueron citadas por la Policía en relación con la presunta “apropiación indebida de joyas”
Por: Infobae
La Fiscalía de Brasil presentó una solicitud ante el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), un órgano fiscalizador vinculado al Congreso, para que el ex presidente Jair Bolsonaro devuelva todos los regalos recibidos durante su mandato.
Las joyas en cuestión fueron obsequiadas a Bolsonaro durante sus viajes oficiales a países árabes mientras ocupaba la Presidencia del gigante sudamericano. La Fiscalía busca que todos los regalos sean devueltos.
La evidencia presentada incluye recortes de prensa que muestran a Bolsonaro recibiendo diversos regalos, como relojes, esculturas bañadas en oro, un casco samurai, un cuadro del Templo de Salomón en Israel y una maqueta del Taj Mahal en mármol, entre otros.
El fiscal Lucas Rocha Furtado argumentó que estos regalos deben ser considerados parte del patrimonio público debido a que fueron recibidos durante el período presidencial de Bolsonaro, que abarcó desde 2019 hasta 2022.
La Justicia está considerando la posibilidad de que esto constituya un intento de “apropiación indebida de bienes públicos”, una acusación que Bolsonaro ha negado enfáticamente en declaraciones anteriores sobre el caso.
Además de Bolsonaro y su esposa, quienes se negaron a delcarar, fueron citados el ex edecán de la Presidencia, teniente coronel Mauro Cid; el ex jefe de comunicación del Gobierno, Fabio Wajngarten; el abogado Frederick Wassef; el general Mauro Lorena Cid (padre del ex edecán); y dos asesores de Bolsonaro: Marcelo Camara y Osmar Crivellati.
Según el fiscal Rocha Furtado, el jefe de Estado puede utilizar el reloj durante su mandato actual pero deberá devolverlo al finalizar su periodo en el poder.
Este caso plantea importantes cuestionamientos sobre la recepción y el tratamiento de regalos por parte de los presidentes en Brasil, y la necesidad de asegurar la transparencia y la integridad en el manejo de bienes públicos. Además, podría configurar un delito de lavado de dinero y de peculado (apropiación de bienes públicos), pasibles de prisión.