Convocados por Juan Guaidó, los venezolanos protestarán en las calles en el sexto día de apagón: «Que muera la opresión»

12 marzo 19

Luego de más de 100 horas de apagón

Convocados por Juan Guaidó, los venezolanos protestarán en las calles en el sexto día de apagón: «Que muera la opresión»

El pueblo de Venezuela fue convocado a marchar este martes, luego de más de 100 horas de apagón, para exigir la salida de Nicolás Maduro del poder, ante una crisis que se hace cada vez más intolerable para los ciudadanos por la falta de agua y comida.

Juan Guaidó, proclamado presidente interino, llamó a las manifestaciones en la tarde y se prevé que haya un acto poco antes de las 17 (hora local, 21 GMT), coincidiendo con la hora en que comenzó el jueves el corte de luz, el peor en este país de 30 millones de habitantes.

«Todos a la calle a gritar con brío que muera la opresión», llamó la noche del lunes en Twitter el joven jefe parlamentario, reconocido como mandatario interino por más de 50 países liderados por Estados Unidos.

El líder opositor pidió a los venezolanos ponerse de acuerdo para exigir el respeto a sus derechos, ya que la Asamblea Nacional culpa al chavismo del apagón que mantiene de momento sin energía a al menos cinco estados del país, de acuerdo con un mapa difundido por Guaidó en Twitter.

Según ha dicho el proclamado presidente encargado, el fallo eléctrico se presentó por la mala gestión de las autoridades de energía y por la falta de inversión en el sistema.

Pero el régimen de Maduro asegura que lo que ocurrió fue un «sabotaje» en la principal hidroeléctrica del país, el Guri, aunque no ha profundizado en detalles.

La emergencia, que afecta a Caracas y a 22 de los 23 estados, mantiene intermitente el servicio en varios sectores, aunque hay zonas del interior sin luz desde el pasado jueves.

«Aquí no ha llegado nada.

Seguimos a oscuras, durmiendo en hamacas o en colchones en la calle», dijo Roxana Peña, de 27 años, quien vive cerca de la ciudad petrolera Maracaibo, donde el calor acelera la pérdida de alimentos.

El apagón colapsó el suministro de agua, ya de por sí deficitario, porque las bombas de los tanques requieren energía para funcionar. Ante ello, muchos intentan aprovisionarse en supermercados o fuentes naturales.

En Caracas, en una medida desesperada, un grupo de personas bajó al canal del contaminado río Guaire para recoger agua en una bocatoma ubicada a un costado.

«Tenemos la garganta seca», gritaron a militares que los desalojaron.Algunos no tienen más remedio que pagar en dólares o esperar por los camiones surtidores de agua que envió Maduro a barrios populares o contrataron alcaldías opositoras.

Descontento popular

Ante la prolongación de la crisis, las autoridades volvieron a extender hasta este martes la suspensión de la jornada laboral y estudiantil que había ordenado el jueves.

En algunos lugares el agua y la comida está siendo cobrados en dólares por la escasez de dinero en efectivo, en un país donde la más mínima compra debe pagarse en tarjetas de crédito, hoy inactivas por la falta de energía.Algunos saqueos espontáneos se han registrado en algunas zonas el país.

«Es asombroso, personas salían con bultos de comida, hacían huecos en las paredes de los negocios», contó a la AFP Levy Martínez, de 32 años, habitante de Maracaibo.

«Resistencia popular»

Un análisis de Eurasia Group señala que el agravamiento de la crisis profundizará el descontento popular con Maduro, pero Guaidó «enfrenta desafíos para aprovechar ese malestar porque sus seguidores podrían desmovilizarse, frustrados porque «no haya podido forzar un cambio rápido».

Calificando la situación de «calamidad pública», Guaidó decretó el lunes, con el aval del Congreso de mayoría opositora, estado de «alarma nacional» por 30 días, para pedir ayuda internacional en la superación de la crisis.

En el decreto, el opositor pidió a los militares «abstenerse de impedir» las protestas y exigió «la inmediata suspensión» del despacho de petróleo a Cuba para evitar una escasez de gasolina en el país, donde ya hay largas filas en las estaciones de servicio ante el temor de que se agote.

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