Serena Williams: «La brecha salarial de género golpea aún más duro a las mujeres de color»

01 agosto 17
Serena Williams: «La brecha salarial de género golpea aún más duro a las mujeres de color»

La máxima estrella femenina del tenis, la estadounidense Serena Williams, ha criticado la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres, y motivó a las mujeres negras a «ser intrépidas» para exigir igualdad. En un artículo publicado por Fortune Magazine, la ganadora de 23 títulos de Grand Slam escribió que por cada dólar ganado por un hombre, las mujeres negras ganan sólo 63 centavos.

«Los ciclos de pobreza, discriminación y sexismo son mucho, mucho más difíciles de romper que el récord de títulos de Grand Slam», comparó Serena, que utilizó distintas estadísticas para mostrar que «las mujeres de color tienen que trabajar en promedio ocho meses más para ganar lo mismo que los varones en un año».

Aunque Serena Williams fue nombrada recientemente por Forbes como la atleta femenina mejor paga del mundo, con ganancias anuales superiores a los 25 millones de dólares, ocupa el 51º lugar en la lista general y se encuentra muy atrás de tenistas masculinos contemporáneos a ella, como Roger Federer, Novak Djkovic, Kei Nishikori, Rafa Nadal y Andy Murray.


La diferencia en el dinero de los premios para las jugadoras femeninas en los torneos de Grand Slam es notoria, excepto en Wimbledon, donde se estableció la igualdad de pago para los ganadores en 2007.

«En varias etapas de mi vida, he tenido que aprender a defenderme y hablar. He sido tratada injustamente, he sido desobedecida por mis colegas masculinos y he sido objeto de comentarios racistas dentro y fuera de la cancha de tenis», explicó Serena, quien actualmente está inactiva porque está a punto de ser madre por primera vez.

Según Serena Williams, ella también sería víctima del racismo si no fuera porque es una reconocida deportista profesional e insistió con pelear por la igualdad para dejar un legado: «No se trata de mí. Se trata de los otras 24 millones de mujeres negras en los Estados Unidos, y si nunca hubiera tomado una raqueta de tenis, sería una de ellas. No hay que tener miedo. Hay que reclamar por la igualdad de pago. Cada vez que lo hacen, le ponen las cosas más fácil a una mujer que viene detrás.»

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