Investigaban el escándalo de vacunas en Brasil y hallaron una pista inesperada del caso Marielle Franco: “Sé quién ordenó que la mataran”

08 mayo 23
Investigaban el escándalo de vacunas en Brasil y hallaron una pista inesperada del caso Marielle Franco: “Sé quién ordenó que la mataran”

Por Infobae

Si fueran una obra de Beltold Brecht los últimos acontecimientos protagonizados por el ex presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, bastarían por sí solos para animar páginas sobre el analfabetismo político, un tema tan querido por el dramaturgo alemán. Pero la vida no es una obra de Brecht y la realidad supera a menudo la ficción. Empecemos por los hechos.

La operación Venire de la Policía Federal condujo la semana pasada al allanamiento del domicilio del ex presidente en el barrio Jardín Botánico de Brasilia, a la incautación de su teléfono celular y a la detención de sus más fieles colaboradores. La investigación quiere entender si los certificados de vacunación Covid-19 del ex presidente y de su hija Laura, de 12 años, fueron falsificados. De ser cierto, Bolsonaro, que ya fue un duro crítico de las vacunas durante la pandemia, no solo habría cometido un delito, sino que se estaría cubriendo de ridículo. Llegar al extremo de falsificar un simple certificado justo él, que como primer ciudadano de su país debería haber dado ejemplo, lo convertiría en un ejemplo perfecto de mediocridad estratégica, un analfabeto político, citando a Brecht.

“Por mi parte no se ha falsificado nada. Yo no me vacuné.” Así es como Bolsonaro zanjó la cuestión ante la prensa que le pedía explicaciones. Pero uno se pregunta cómo consiguió entrar en Estados Unidos a finales de diciembre pasado, ya que entonces la vacuna era obligatoria. Si saliera a la luz que Bolsonaro mintió incluso a las autoridades sanitarias estadounidenses, estallaría un caso diplomático porque mentir es delito en Estados Unidos y mucho más tratándose de un ex presidente de la República. Mientras tanto, Mauro Cid, uno de sus más fieles colaboradores, acabó en la cárcel. Se le acusa de haber participado en el fraude de la vacunación registrada entre noviembre de 2021 y diciembre de 2022 en las afueras de Río de Janeiro y retirada justo antes de salir para EEUU, al final del año pasado. Otras cinco personas fueron detenidas, entre ellas dos miembros del personal de seguridad del ex presidente, Max Guilherme y Sergio Cordeiro.

La Policía Federal intervino a petición de Alexandre de Moraes, juez del Supremo Tribunal Federal (STF), que investiga una llamada “milicia digital” desde 2021. Según la fiscalía se trata de una red que opera digitalmente con el objetivo de atacar a la democracia y al Estado de Derecho. Entre los investigados está el bloguero Allan dos Santos, que se trasladó a Florida y sobre el que pesa una petición de detención por las autoridades brasileñas.

Pero, detrás de la operación y si se leen atentamente los documentos, hay algo mucho más importante. Entre los presuntos implicados en la trama de falsificación de los certificados de vacunación Covid-19 hay una persona que también resulta sospechosa del asesinato de Marielle Franco. Se trata de una de las páginas más dramáticas y aún sin resolver de la historia más reciente de Brasil. Marielle Franco, concejala en Río de Janeiro por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), era una conocida activista de derechos humanos en el país. Fue asesinada junto con su chófer Anderson Gomes el 14 de marzo de 2018 en una emboscada. Hasta la fecha nadie sabe quién ordenó su asesinato.

La operación Venire tuvo el mérito de añadir una pieza importante que ahora podría conducir por fin a una solución del caso. La policía descubrió un intercambio de mensajes entre Mauro Cid y el ex mayor del Ejército Ailton Gonçalves Moraes Barros, que según la prensa brasileña figuraba entre los amigos más cercanos de Bolsonaro, ambos detenidos en la operación. En uno de los mensajes Barros, candidato a diputado del Partido Liberal (PL) por el estado de Río de Janeiro en las elecciones del año pasado, habría dicho que sabía quién mató a Marielle. En un audio Barros afirma que el ex concejal carioca, Marcelo Siciliano, cuyo domicilio fue allanado durante la operación Venire, actuó como intermediario para la introducción de datos falsos en el sistema del Ministerio de Salud a favor de Gabriela Santiago Cid, esposa de Mauro Cid.

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