La invasión de Rusia a Ucrania agravó la crisis de hambruna extrema que sufren ya 193 millones de personas

04 mayo 22
La invasión de Rusia a Ucrania agravó la crisis de hambruna extrema que sufren ya 193 millones de personas

Por: Infobae

En 2021, cerca de 193 millones de persona sufrieron de severa inseguridad alimentaria en 53 países del mundo, 40 millones de personas más en un año, advierte la GNAFC, que cuenta con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en Roma.

Estas cifras demuestran una tendencia al alza que no para de crecer, no solo en los últimos dos años cuando la pandemia agravó la situación con un incremento de 20 millones de personas sufriendo hambruna en 2020 y ahora de otros 40 millones, sino también en los últimos seis años.

La dependencia que muchos países africanos tenían del trigo producido en Ucrania y Rusia, como Somalia, que importaba un 90 %, República Democrática del Congo (un 80 % ) y Madagascar (un 70 %) han provocado un desabastecimiento de este producto básico.
JEMIMA TUMALU / WORLD VISION
La dependencia que muchos países africanos tenían del trigo producido en Ucrania y Rusia, como Somalia, que importaba un 90 %, República Democrática del Congo (un 80 % ) y Madagascar (un 70 %) han provocado un desabastecimiento de este producto básico. JEMIMA TUMALU / WORLD VISION

LA SEGURIDAD ALIMENTARIA MUNDIAL, EN RIESGO POR LA GUERRA

Aunque el informe no entra en profundidad en los efectos de la guerra de Ucrania, ya que observa las crisis alimentarias de 2021, antes de que el conflicto comenzase, los organismos señalan que esta guerra ha enfatizado “la fragilidad de los sistemas alimentarios mundiales”, especialmente en los países con una situación de crisis.

La dependencia que muchos países africanos tenían del trigo producido en Ucrania y Rusia, como Somalia, que importaba un 90 %, República Democrática del Congo (un 80 % ) y Madagascar (un 70 %) han provocado un desabastecimiento de este producto básico.

Además, la subida de los precios de la energía, que ha afectado a toda la cadena de suministro, ha causado una extrema inflación en el precio de los alimentos, que se encuentra en un récord histórico, según la FAO.

Ese alza también ha afectado al precio y suministro de los fertilizantes, necesarios para todos estos países en los que gran parte de su población trabaja en el sector agrícola y que han sufrido grandes complicaciones para salvar las cosechas, agravado la situación de inseguridad alimentaria en la región.


LA CRECIENTE HAMBRUNA

Sin embargo, la crisis alimentaria ya era extrema antes de la invasión rusa, con sus principales causas en los conflictos que asolan desde hace años la mayoría de estos países africanos y de Oriente Medio, el impacto de la pandemia del coronavirus y los efectos del cambio climático que han derivado en sequías extremas.

Los países en mayor riesgo a día de hoy son la República Democrática del Congo, Afganistán, Etiopía, Yemen, Nigeria, Siria, Sudán, Sudán del sur, Pakistán y Haití, donde vive el 70 % de la población en riesgo.

Pero más allá de las situaciones de hambruna extrema, cerca de 236 millones de personas están en una situación en la que el acceso a comida saludable y regular no está asegurada en 41 países del mundo.

En el caso de Latinoamérica y el Caribe, más de 12 millones de personas vivieron una situación de crisis de alimentos, especialmente en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Haití, el país más afectado con un 46 % de su población sufriendo esta emergencia.

Los países en mayor riesgo a día de hoy son la República Democrática del Congo, Afganistán, Etiopía, Yemen, Nigeria, Siria, Sudán, Sudán del sur, Pakistán y Haití, donde vive el 70 % de la población en riesgo. (Foto:Captura)
Los países en mayor riesgo a día de hoy son la República Democrática del Congo, Afganistán, Etiopía, Yemen, Nigeria, Siria, Sudán, Sudán del sur, Pakistán y Haití, donde vive el 70 % de la población en riesgo. (Foto:Captura)
Sin embargo, la situación en 2022 podría mejorar levemente y reducir esa cifra a los 10,8 millones de personas, gracias a la recuperación económica parcial, tanto del impacto económico de la pandemia como de los daños causados por las tormentas tropicales Eta e Iota del año pasado, y una perspectiva positiva para la primera temporada de cultivos.

PRECIOS BAJOS Y ALMACENES LLENOS

A unos 150 kilómetros de Nipro en la carretera que une esa ciudad con la capital, Kiev, trabajan ajenos a la guerra un grupo de productores en un terreno de 3.500 hectáreas. Plantan girasoles y maíz. Saben que los almacenes están llenos porque no es fácil sacar la producción del país, pero confían en que las cosas cambien pronto.

”¿Qué vamos a hacer? Nosotros no podemos dejar de plantar”, asegura a EFE uno de los trabajadores, que se llama Sergei.

La cosecha, según alerta la FAO, está en riesgo en las zonas de guerra. En cambio, en los alrededores de Nipro, dice la trabajadora de Interstarch LLC que “la materia prima, el maíz, es posible comprarla a precios bajos”. “Pienso que es por la imposibilidad de la exportación”, dice, y añade que también es difícil importar los productos que las empresas necesitan para procesar los productos.

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