Caos, violencia y pánico en el fútbol de Holanda tras la derrota del Feyenoord

07 mayo 17

Cientos de seguidores protagonizaron una batalla campal contra la policía

Caos, violencia y pánico en el fútbol de Holanda tras la derrota del Feyenoord

 

Por: Infobae

Centenares de aficionados del Feyenoord provocaron hoy disturbios en el centro de Rotterdam tras la derrota de su equipo, que desperdició la oportunidad de proclamarse campeón de la Eredivisie este domingo.

Los ultras lanzaron botellas, bengalas y adoquines contra los policías antidisturbios, que cargaron varias veces e incluso utilizaron cañones de agua para dispersar a los alborotadores.

El Feyenoord jugó hoy a domicilio contra el Excelsior, un equipo que ocupa los puestos bajos de la tabla, y los aficionados del equipo de Rotterdam esperaban que una victoria les sirviera para ganar el título, 18 años después de su última Eredivisie (1998-99).

Sin embargo, el resultado final, 3-0 a favor del Excelsior, y la victoria del Ajax por 4-0 ante el Go Ahead Eagles, deja abierto el campeonato a una jornada del final, lo que llevó a algunos aficionados del Feyenoord a descargar su frustración contra los efectivos policiales.

Mientras que la mayoría de los seguidores del equipo de Rotterdam volvía a casa, unos pocos centenares, muchos bajo los efectos del alcohol, empezaron a lanzar botellas de plástico, de vidrio y bengalas contra los antidisturbios, que en un primer momento no intervinieron y se limitaron a evitar los golpes con sus escudos.

Minutos después, efectivos de la policía montada a caballo cargaron un mínimo de tres veces contra los hinchas. Algunas personas, ajenas a los disturbios, se refugiaron en tiendas del centro, que se vieron obligadas a cerrar desbordadas por la situación.

Los momentos de mayor tensión se vivieron en dos puntos de la ciudad. En Coolsingel, una de las avenidas principales, se produjeron al menos 30 detenciones, según el periódico AD. Uno de los arrestados fue un aficionado que estaba dando patadas a los furgones policiales que pasaban a toda velocidad a su lado. Cuando fue detenido, otros arrojaron botellas de vidrio contra los agentes para intentar que retrocedieran, pero la mayoría de ellas se estamparon contra los vehículos blindados que protegían a los antidisturbios.

A unas decenas de metros, en una de las principales plazas de la ciudad, unos diez aficionados aprovecharon la caótica situación para arrancar adoquines del pavimento, que utilizaron como armas arrojadizas, y agarraron unas vallas de metal de una obra pública para utilizarlas como escudos.

Esa situación llevó a las autoridades a intervenir con decenas de furgones policiales y un cañón de agua que desalojó de la plaza tanto los alborotadores como a las personas que estaban allí en ese momento ajenas a los incidentes.

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