El papa Francisco criticó la obsesión de las personas por la apariencia, “especialmente en las redes sociales”

21 diciembre 23
El papa Francisco criticó la obsesión de las personas por la apariencia, “especialmente en las redes sociales”

Por Infobae

El papa Francisco criticó hoy “una época que a veces parece obsesionada con la apariencia, todo el mundo intenta exhibirse” y “especialmente a través de las llamadas redes sociales”, en el discurso a los empleados del Vaticano con motivo de la felicitación de la Navidad.

El papa pidió a los empleados vaticanos y a sus familias que miren en sus casas “la sencillez del belén” y deseó a las familias y a sus hijos un estilo de vida basado (…) “en lo oculto y lo pequeño”.

Para contrarrestar así, dijo, “una época que a veces parece obsesionada con la apariencia, todo el mundo intenta exhibirse: es la época del maquillaje, no sólo de la cara sino también del alma, y esto es malo, sobre todo a través de las llamadas redes sociales”.

”Es un poco como querer copas de cristal valiosas sin preocuparse de si el vino es bueno. Pero en la familia las apariencias y las máscaras no cuentan, o en todo caso no duran mucho; lo que importa es que no falte el buen vino del amor, la ternura y la comprensión mutua”, explicó.

Y agregó: “Y el amor –lo sabemos bien– no hace ruido. Lo vivimos en lo oculto y en la pequeñez de los gestos cotidianos, en la atención que sabemos intercambiar”.

”Esto es lo que os deseo: que estéis atentos, en vuestras casas y en vuestras familias, a las pequeñas cosas de cada día, a los pequeños gestos de gratitud, a la consideración del cuidado. Mirando el belén podemos imaginar la preocupación y la ternura de María y José por el niño que nacía. Quiero desearte este estilo”, añadió.

El papa Francisco pidió no olvidar la verdadera esencia de la Navidad, “distraídos por el consumismo que corroe su sentido, abrumados por una marea de distracciones y publicidad”, durante la audiencia general celebrada en el aula Pablo VI.

El papa recordó que se cumplen 800 años desde que San Francisco realizó en Greccio, en el centro de Italia, el primer belén viviente, que fue el origen de la tradición del nacimiento y que nació como “escuela de sobriedad”.

”Y esto tiene mucho que decirnos también a nosotros. Hoy, en efecto, el riesgo de perder lo que cuenta en la vida es grande y paradójicamente aumenta precisamente en Navidad: inmersos en un consumismo que corroe su sentido, abrumados por una marea de distracciones y publicidad, corremos el riesgo de descuidar lo esencial”, dijo el papa.

El pontífice argentino afirmó que “el belén nace para reconducirnos a lo que realmente es importante: a Dios, que viene a habitar entre nosotros, pero también a las otras relaciones esenciales, como la familia”.

Y aconsejó “pararse frente al pesebre para reordenar la vida volviendo a lo esencial. Es como entrar en un oasis para alejarse del ajetreo cotidiano, para encontrar la paz en la oración y el silencio, en una ternura no contaminada”.

También lo aconsejó a los jóvenes, “que corren el riesgo de una indigestión de imágenes virtuales y violentas: en el belén pueden redescubrir la genuinidad y la creatividad. ¡Qué hermoso es que permanezcan allí juntos con sus abuelos, haciéndose bien unos a otros!”.

”Por eso, les propongo que —en familia, en comunidad— contemplemos el pesebre, que nos ayuda a centrarnos en lo más importante de nuestra vida: la relación con Dios, con los demás y con la creación; y que cultivemos en nuestros ambientes un clima de armonía, de gozo y de paz”, reiteró el papa durante los saludos en español a los fieles.

(con información de EFE)

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