Los 4 factores que explican la dura resistencia militar de Ucrania ante la invasión rusa

13 marzo 22
Los 4 factores que explican la dura resistencia militar de Ucrania ante la invasión rusa

Por Infobae

En 2014, el ejército ucraniano fue calificado de “decrépito” por un analista de seguridad nacional, y su armada estaba en “un estado lamentable.” El general ucraniano Victor Muzhenko, un ex alto comandante de las fuerzas armadas de Ucrania, llegó a decir que el ejército era “un ejército literalmente en ruinas.”

Sin embargo, ocho años después, tras la invasión rusa iniciada el 24 de febrero de 2022, el rendimiento del ejército ucraniano ha sido sorprendentemente fuerte frente al ejército ruso, más grande y mejor equipado.

Los dos primeros fueron el esfuerzo comprometido del gobierno ucraniano en 2016 para reformar su ejército, junto con millones de dólares de ayuda occidental y equipo militar.

El tercer factor fueron los importantes cambios en el pensamiento militar ucraniano que ahora permite a los líderes subalternos tomar decisiones en el campo de batalla. Hasta hace poco, esos líderes tenían que pedir permiso para cambiar las órdenes dadas por los comandantes, independientemente de que las condiciones cambiantes del campo de batalla hubieran hecho que esas órdenes fueran irrelevantes.

El último factor significativo, posiblemente el más importante, se produjo entre el pueblo ucraniano: surgió una cultura nacional de voluntariado militar. Como resultado, se creó una agencia gubernamental para organizar y entrenar a los civiles en la defensa contra los ataques militares.

De 2016 a 2018, ayudé a Ucrania a reformar su establecimiento de defensa. Durante ese tiempo, también realicé una investigación de campo en Georgia para estudiar la guerra ruso-georgiana de 2008. Basándome en esa investigación, las tácticas rusas utilizadas para invadir Ucrania no han sido sorprendentes.

Lo que ha sido sorprendente es la actuación del ejército ucraniano.

Reforma generalizada de la defensa

En 2014, el gobierno ucraniano lanzó una revisión exhaustiva de su seguridad nacional y defensa militar. La revisión identificó una serie de problemas que se tradujeron directamente en un pobre rendimiento en combate.

Las deficiencias iban desde la incapacidad de luchar contra los ciberataques hasta la deficiente prestación de atención médica. La corrupción era generalizada, las tropas no cobraban y los suministros básicos siempre escaseaban. La logística y el mando en general también eran ineficientes.

Para subsanar estas deficiencias, el entonces presidente Petro Poroshenko ordenó en 2016 reformas radicales en cinco categorías: mando y control, planificación, operaciones, medicina y logística, y desarrollo profesional de la fuerza.

Se trataba de un plan ambicioso que establecía el objetivo de completarlo en solo cuatro años. Un esfuerzo hercúleo en las mejores circunstancias, ya que los ucranianos en ese momento estaban luchando una guerra contra los separatistas rusos en el Donbás.

Lo que motivó a los funcionarios ucranianos y aceleró las reformas fue un temor muy arraigado a que Rusia pudiera lanzar una invasión. Aunque todavía no se han aplicado todas las reformas, se han producido mejoras significativas en los últimos seis años.

Las pruebas se han visto en la respuesta a la invasión rusa.

Ayuda militar de Estados Unidos

Para apoyar las reformas militares ucranianas, Estados Unidos aumentó su ayuda financiera a Ucrania poco después de la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia en 2014 y su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania.

En 2014, la administración Obama proporcionó 291 millones de dólares en asistencia, y a finales de 2021, Estados Unidos había dado un total de 2.700 millones de dólares en entrenamiento y equipamiento.

Como parte de esta asistencia, Estados Unidos ayudó a entrenar a los soldados ucranianos en la base militar de Yavoriv. La base se convirtió rápidamente en un centro de entrenamiento de primera categoría, donde se estima que cinco batallones han entrenado anualmente desde 2015.

En 2016, Poroshenko pidió a altos asesores de defensa de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Lituania y Alemania que asesoraran a Ucrania en la modernización de sus fuerzas armadas con el objetivo de alcanzar las normas, reglas y procedimientos de la OTAN para 2020.

Una de esas normas de la OTAN era la exigencia de un control civil de las fuerzas armadas; en aquel momento, el ministro de defensa ucraniano era también un general en activo. Otra norma importante de la OTAN era asegurar que Ucrania pudiera integrar su apoyo logístico con otras unidades de la OTAN cuando se desplegara.

El apoyo occidental incluyó también diversas armas y equipos, como Humvees, drones, rifles de francotirador, radares que localizan el origen del fuego enemigo y visores térmicos que se utilizan para identificar objetivos durante el día o la noche.

Un elemento de especial interés para los ucranianos fue la obtención de mejores misiles antitanque. Cuando Rusia envió tanques T-90 a través de la frontera para apoyar a los separatistas en 2014, las armas existentes en Ucrania no pudieron penetrar el blindaje de los T-90.

En 2017, Estados Unidos proporcionó el primer conjunto de misiles antitanque Javelin a Ucrania.

Una vez que la invasión se hizo inminente, las naciones occidentales enviaron armas y municiones adicionales a Ucrania, incluyendo misiles Stinger de Lituania y Letonia, misiles antitanque Javelin de Estonia y misiles antitanque del Reino Unido.

Toma de decisiones en el campo de batalla

En 2014, la cultura militar ucraniana desalentaba la asunción de riesgos por parte de los líderes subalternos, los tenientes y capitanes que dirigían los combates sobre el terreno. Incapaces de tomar decisiones, los líderes subalternos estaban obligados a pedir permiso antes de poder actuar, descartando así la posibilidad de lo que se denomina “iniciativas disciplinadas.”

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