La oposición venezolana instaló comedores para que cientos de niños pobres puedan alimentarse

26 diciembre 17

La iniciativa se tomó en momentos en que el país enfrenta un agudo desabastecimiento de alimentos

La oposición venezolana instaló comedores para que cientos de niños pobres puedan alimentarse

En medio de un estrecho y polvoriento callejón de un barrio pobre del este de Caracas, camina presuroso el concejal opositor Miguel Castillo. En los brazos carga a un delgado niño, que se abraza a él cual si fuera su tabla de salvación.

Llegan hasta el estacionamiento de una vivienda donde se ha instalado un comedor popular con mesas y sillas de plástico. El político llevó al pequeño Tomás, de seis años, para unirse a casi un centenar de otros niños, tan o más delgados que él que esperan ansiosos los platos de sopa de carne de res con arroz para almorzar.

Desde el mes pasado, el concejal Castillo ha sumado a sus actividades políticas la coordinación de un grupo de voluntarios para montar un comedor en la barriada de las Minas de Baruta, en el que niños como Tomás pueden comer una vez al día, de lunes a viernes, en momentos en que Venezuela enfrenta un agudo desabastecimiento de alimentos y una galopante inflación que han afectado la alimentación de millones en medio de su peor crisis económica y política de la historia reciente.

Al lugar sólo acceden pequeños previamente diagnosticados con desnutrición y sus hermanos, por el riesgo a sufrir esa misma condición.
«Nunca me imaginé que mi país iba a estar así», dijo Castillo. «Había que hacer esto porque los niños se desmayan».

Varios miembros de la oposición han emprendido en las últimas semanas diversos proyectos sociales, como el de comedores populares, en lo que algunos ven como un intento no sólo de ayudar a la gente, sino de reconectar con una población que no siempre les ha dado su apoyo o se los ha retirado.

Y es que, agobiada por fracturas internas, la oposición ha padecido no sólo derrotas en los comicios regionales y municipales, sino también un creciente descontento no sólo entre sus seguidores, sino en varios sectores de la sociedad.

El comedor de Minas de Baruta, en el estado central de Miranda, fue impulsado por el líder opositor y ex candidato presidencial Henrique Capriles, a partir de donaciones de empresas locales y venezolanos que viven en el extranjero.

La iniciativa se ha replicado en el estado costero de Vargas, y en otras dos localidades de Miranda, y la oposición espera lograr extenderla a otras partes del país en los próximos meses.

Durante los 14 años que gobernó Venezuela hasta 2013, el fallecido presidente Hugo Chávez centró su atención en sectores pobres, donde concentraba su mayor respaldo político, y creó numerosos programas sociales, conocidos como «misiones», para ofrecerles atención médica gratuita, alimentos a muy bajos precios, viviendas y becas para las madres. Su sucesor, Nicolás Maduro, ha mantenido en sus casi cinco años de mandato los mismos programas y ha creado otros para dar alimentos a los más necesitados.

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