Por: Infobae
(Washington, Estados Unidos) Joe Biden y Donald Trump quieren empezar a bailar solos, pero la ex gobernadora Nikki Haley no los quiere dejar y se resiste a bajar su candidatura, pese a las presiones y el asedio de su rival republicano para que abandone la campaña presidencial.
Trump y Biden están apurados por empezar a competir mano a mano y reeditar el enfrentamiento de 2020. Es donde ambos se sienten más cómodos.
El actual presidente no solo quiere ese escenario porque ya le ganó al entonces mandatario, sino porque sabe de los altos índices de rechazo que genera Trump en buena parte de la sociedad. Eso no quiere decir que vaya a ser fácil derrotarlo, y de hecho algunos indicadores de la opinión pública son negativos para Biden. Pese a que la economía viene mejorando, al punto que en 2023 creció 2,5% y alejó fantasmas de recesión con un consumo en crecimiento y un mercado laboral dinámico, muchos votantes dicen no sentirlo así.
Biden ganó en 2020 en un contexto adverso para Trump, luego de una pandemia que inclinó a muchos votantes a apostar por lo seguro. Haley, según estiman algunos analistas, puede ser una rival más difícil para el actual presidente, castigado en sus índices de popularidad y con muchos votantes en duda por su edad. Las cifras de cómo Haley en las primarias republicanas empieza a captar el voto de muchos independientes parece darles la razón.
Eso explica las primeras movidas de Biden luego de las elecciones de esta semana en New Hampshire. Pese a que Haley advirtió en su discurso de aceptación de la derrota que seguirá en la carrera, el presidente emitió un comunicado en el que ya da por ganador a Trump en la interna republicana y empezó a acelerar el ritmo de campaña en un contraste directo con el magnate.
Trump también quiere a toda costa que la única que sigue en carrera de los 13 rivales que llegó a tener se baje, para empezar ya a batallar mano a mano con Biden. Pero ella insiste en que se quedará a dar la pelea, primero en Carolina del Sur y luego en el súper martes.
Tras ganar, en su discurso de victoria Trump insistió a Haley en que debe dar un paso al costado e incluso invitó a algunos de los rivales que ya se bajaron de la contienda a hablar para que también la presionen con el mismo mensaje. “Esta carrera está lejos de terminar. Quedan docenas de estados por recorrer”, dijo Haley.
Además, machaca en la idea que es la única que puede evitar que dos líderes con baja popularidad y muchos años sean nuevamente presidentes por cuatro años más. “El 70% de los estadounidenses no quiere otra revancha entre Trump y Biden; la mayoría desaprueba a ambos”, dijo.
Próxima parada: el dinero
Pero Trump no se la va a hacer fácil y ahora extendió su acoso a los donantes. El dinero, antes que la voluntad de Haley y las próximas elecciones que marcan los calendarios estatales, será lo que definirá si puede seguir haciéndole frente al ex presidente.