Un piloto ruso intentó derribar un avión de la Fuerza Aérea británica, pero falló el disparo y el Kremlin quiso encubrir el hecho

14 septiembre 23
Un piloto ruso intentó derribar un avión de la Fuerza Aérea británica, pero falló el disparo y el Kremlin quiso encubrir el hecho

Por Infobae

Un piloto ruso intentó derribar un avión de vigilancia de la Fuerza Aérea Real Británica (RAF, por sus siglas en inglés). El incidente que se registró en septiembre del 2022, ha sido traído al presente, arrojando nuevas luces sobre la tensión en el espacio aéreo sobre el Mar Negro.

Según información revelada por la BBC, el piloto ruso disparó dos misiles, lo que podría haber llevado a una escalada peligrosa. Aunque inicialmente se atribuyó el incidente a un “mal funcionamiento técnico”, nuevas fuentes occidentales han proporcionado detalles sobre lo que realmente sucedió.

El incidente ocurrió el 29 de septiembre del año pasado cuando un avión de vigilancia de la RAF, el RC-135 Rivet Joint, estaba realizando una misión rutinaria en el espacio aéreo internacional sobre el Mar Negro. Dos aviones de combate rusos SU-27 se encontraron con la aeronave británica.

Lo que hace este incidente particularmente preocupante es la revelación de comunicaciones interceptadas por el avión RAF Rivet Joint, que ofrecen una versión de los eventos muy diferente a la explicación oficial proporcionada por Rusia y aceptada por el Ministerio de Defensa del Reino Unido en ese momento.

Según las fuentes occidentales con conocimiento del incidente, una comunicación recibida por los pilotos rusos desde el controlador de su estación terrestre fue interpretada como “tú tienes el objetivo”, un lenguaje extremadamente ambiguo. Esto llevó a uno de los pilotos rusos a creer que tenía permiso para disparar contra el avión británico, siguiendo una orden poco clara.

Este incidente destacó la falta de profesionalismo y la falta de precisión en las comunicaciones rusas, en contraste con los procedimientos de la OTAN, donde se emplea un lenguaje altamente preciso cuando se pide y se concede el permiso para disparar.

Cuando el primer piloto ruso lanzó un misil aire, este tuvo éxito en el lanzamiento pero no logró fijar su objetivo, lo que fue posteriormente catalogado como un fallo, no una avería, como dijeron desde Rusia. Posteriormente, se produjo una disputa entre los dos pilotos rusos.

El segundo piloto se mostró renuente a creer que tenía permiso para disparar y expresó su desacuerdo de manera enérgica hacia su compañero. A pesar de esta protesta, el primer piloto ruso lanzó otro misil. El segundo proyectil simplemente cayó del ala, lo que sugiere una falla en el funcionamiento del arma o un lanzamiento abortado.

El Reino Unido inicialmente aceptó la explicación rusa de un “fallo técnico” y calificó el incidente como un “compromiso potencialmente peligroso”. Sin embargo, una filtración secreta de inteligencia reveló que el ejército estadounidense describió el incidente como un “casi derribo” y señaló que podría haber constituido un acto de guerra.