Un engaño y una sorpresa: la contraofensiva ucraniana en Crimea de la mano de los partisanos

21 agosto 22
Un engaño y una sorpresa: la contraofensiva ucraniana en Crimea de la mano de los partisanos

Por Infobae

Las fuerzas ucranianas habían iniciado una contraofensiva para recuperar la estratégica ciudad Kherson que está en manos de los rusos desde el comienzo de la invasión de febrero. Tuvieron que detenerla. Los soldados de Vladimir Putin lograron reagruparse e hicieron más fuerte la defensa. Los ucranianos recalcularon y decidieron ir directamente por las líneas de abastecimiento. Si las cortan, la próxima vez los rusos no podrán reforzar sus flancos como lo hicieron en los últimos días. Lanzaron una combinación de golpes estratégicos de los partisanos de Crimea con precisos ataques con drones. Una sorpresa. Atacó en la península que Moscú invadió y se anexionó en 2014. Un territorio que hasta ahora parecía fuera de este film bélico pero que terminó siendo uno de esos recursos que los directores se guardan para sorprender a la audiencia antes del final. Un engaño de película.

Las fuerzas convencionales de Ucrania carecen de las armas y municiones necesarias para lanzar una ofensiva terrestre a gran escala para recuperar el territorio invadido por los rusos, dijo el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, en una entrevista con el Washington Post. Y aclaró que, mientras tanto, Ucrania busca erosionar las capacidades de Rusia atacando sus instalaciones militares más sensibles desde dentro. “Estamos utilizando una estrategia para arruinar sus existencias, para arruinar sus depósitos, para arruinar sus cuarteles generales, los cuarteles de los comandantes”, aseguró. “Es nuestra respuesta a sus tácticas de picadora de carne”, dijo en referencia al bombardeo masivo ruso.

Para esta nueva estrategia, Ucrania está activando una “fuerza de resistencia” bajo el mando de las fuerzas especiales con el objetivo de llevar a cabo ataques lejos de las líneas rusas. En ucraniano simple, están organizando a los partisanos que habían lanzado una serie de ataques contra los objetivos rusos sin ningún comando ni coordinación con el ejército ucraniano. Es así como se produjeron los certeros ataques a una base aérea y a un depósito de municiones en la península de Crimea que provocaron un enorme daño y desorientación entre los invasores. Crimea es la principal ruta de suministro que tienen las fuerzas del Kremlin para las armas y municiones que llegan al frente de la franja del sur ucraniano. También están allí las bases para los cazabombarderos que lanzan ataques con misiles contra las ciudades ucranianas.

Hasta la semana pasada, las tropas rusas -e incluso los numerosos turistas rusos que iban a las fantásticas playas de la península- habían asumido que estaban a salvo en Crimea porque ese territorio estaba fuera del alcance del arsenal ucraniano existente. No contaban con la astucia de la resistencia de los partisanos que ahora recibieron armamento y refuerzos, así como el trabajo de los drones espías y los que lanzan cohetes. Tampoco creyeron que con la información precisa de las coordenadas, los misiles lanzados por el sistema Himars estadounidense podría tener la precisión y el poder de destrucción que están teniendo.

Las fuerzas ucranianas estaban avanzando hacia Kherson a principios de este mes, recuperando una serie de pueblos y destruyendo tres puentes estratégicos sobre el cercano río Dnipro que constituyen las únicas rutas de suministro para las tropas rusas en la ciudad. Ante el temor de quedar aislados, los rusos ralentizaron su ofensiva en el este para poder trasladar hombres y material a la zona de Kherson. El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) calcula que ya hay 20.000 combatientes rusos en la zona cuando hasta hace tres semanas había menos de la mitad. Y lograron armar dos puntos de cruce de pontones para el reabastecimiento. “Si hace unas semanas había una oportunidad para golpear a los rusos en esta región de Kherson, creo que ya ha pasado”, explicó el analista Konrad Muzyka, de la agencia especializada Rochan. “Pero no fue un fracaso para nada. Lograron detener cualquier avance ruso. Los obligaron a tener que cuidar lo que ya tenían ante la posibilidad de que perdieran todo”.

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