El cierre de las pistas de baile en Italia aumenta los reclamos de los adultos mayores
26 agosto 20Por: Infobae
LEGNAGO, Italia — Raffaele Leardini, de 72 años, se puso su camisa de lino rosa, que abotonó hasta la mitad del pecho, se peinó hacia atrás y salió el jueves con su esposa al Caribe, su salón de baile favorito al aire libre. Cuando llegaron, encontraron el club abierto, pero la pista de baile sellada con cinta roja y blanca.
“¿Qué es esto?”, preguntó Leardini, un mecánico jubilado. “No pueden hacer esto”.
Sin embargo, lo hicieron. En un intento de limitar el resurgimiento del coronavirus, Italia prohibió bailar en clubes nocturnos y salones de baile al aire libre.
Como en otros países del mundo, los nuevos casos de coronavirus en Italia son propagados por los jóvenes, ya que se ha encontrado que varios grupos de contagio provienen de clubes nocturnos llenos de parroquianos sin cubrebocas. Sin embargo, las nuevas normas destinadas a impedir que los jóvenes se reúnan en masa también han afectado a los italianos de mayor edad, para quienes una noche en el salón de baile es una parte muy preciada de la vida.
En julio, cuando se levantaron las medidas de confinamiento, el salón de baile Caribe reabrió con muchas reglas nuevas difíciles de aplicar. Solo las parejas casadas o “estables”, lo cual debía declararse por escrito, podían bailar juntos. Se exigía el uso de tapabocas en la pista de baile, y las parejas de baile podían tomarse de las manos desinfectadas después de registrar sus nombres y de que se les tomara la temperatura.
Si se bajaban las mascarillas, el DJ detenía la música. Pero incluso con las restricciones, la posibilidad de bailar duró poco más de un mes.
El decreto del gobierno italiano en cuanto al baile, emitido el 16 de agosto, no hizo ninguna distinción entre los clubes llenos de gente sudorosa donde se escucha reguetón a todo volumen y los tranquilos centros comunitarios donde la gente se reúne en parejas para bailar valses al ritmo del acordeón.
Muchos asistentes habituales del salón Caribe, que atiende a una clientela de edad avanzada, dijeron que entendían que el gobierno estuviera tratando de proteger al país, y en especial a las personas de su edad, pero se sentían frustrados porque la prohibición incluía lugares que habían seguido las reglas. Un vocero del ministro de Salud dijo que cualquier tipo de baile requiere una proximidad física que puede propagar la infección.
Los asistentes frecuentes no entendían por qué ya no podían sostener a sus parejas en la pista de baile, en tanto que los bares, las playas, las canchas de fútbol para aficionados y los gimnasios permanecían abiertos.
“Estuvo bien cerrar los clubes nocturnos; los adolescentes no entienden la situación”, afirmó Leardini, quien se alegró tanto de la reapertura del club en julio que se puso a llorar cuando escuchó la noticia. “Pero aquí hay gente con cerebro y cubrebocas”, agregó.