Jair Bolsonaro volvió a ignorar las recomendaciones de distanciamiento social por el coronavirus y participó de una manifestación en Brasilia

19 abril 20

Bolsonaro durante la protesta contra la cuarentena en Brasilia

Jair Bolsonaro volvió a ignorar las recomendaciones de distanciamiento social por el coronavirus y participó de una manifestación en Brasilia

Por Infobae

El presidente de Brasil Jair Bolsonaro arengó este domingo a manifestantes que, rompiendo la cuarentena debido al nuevo coronavirus, se concentraron frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia para pedir una intervención militar y el cierre del Congreso.

“No queremos negociar nada”, gritó el presidente ultraderechista subido encima de una camioneta a los manifestantes que se agolparon en el lugar con pancartas llamando a la “intervención militar ya con Bolsonaro” y a defender el AI-5 (Acta Institucional número 5), que en 1968 cerró el Congreso y suprimió numerosas garantías constitucionales.

“Estoy aquí porque creo en ustedes y ustedes están aquí porque creen en Brasil”, gritó Bolsonaro frente a la aglomeración de la cual se mantuvo unos metros distante.

“Basta con la vieja política. Ahora es Brasil sobre todo y Dios sobre todo”, declaró en un repetitivo discurso en el que volvió a insistir en el espíritu “patriótico” de los brasileños.

Niños y ancianos, algunas personas con máscaras, estaban en la primera línea de la manifestación que reunió a unas 600 personas.

Bolsonaro critica constantemente a los líderes del Congreso, a los gobernadores y alcaldes que defienden las medidas de cuarentena y distanciamiento social para contener la propagación del coronavirus que en Brasil ya cobró más de 2.300 muertes y casi 36.600 contagios.

El mandatario desmerita la letalidad del virus, al que califica de “gripecita”, promueve aglomeraciones y se pronuncia reiteradamente a favor de la apertura del comercio y las escuelas.

“Ustedes tienen la obligación de luchar por su país. Cuenten con su presidente para hacer todo lo que sea necesario para que podamos mantener la democracia y garantizar aquello que es más sagrado para nosotros que es nuestra libertad”, dijo Bolsonaro, quien en intervenciones previas condenó las restricciones de circulación y de actividad comercial implementadas en el país por la crisis del coronavirus.

En el breve discurso, el presidente no cuestionó el pedido de intervención militar ni las consignas a favor del cierre del Congreso.

“Todos en Brasil tienen que entender que están sometidos a la voluntad del pueblo brasileño”, dijo no obstante.
“Juramos un día dar la vida por la patria y vamos a hacer lo que sea posible para mudar el destino de Brasil”, dijo Bolsonaro, interrumpiendo su discurso por una crisis de tos.

El jefe de Estado se mostró contrario a las cuarentenas obligatorias y horizontales impuestas por estados como el de Sao Paulo, el más poblado del país y que con 46 millones de habitantes concentra el 42 % de las 2.388 muertes reportadas hasta el momento, y defendió un aislamiento vertical solo para la población en riesgo.

Esa iniciativa lo distanció de su anterior ministro de Salud, el diputado y pediatra Luiz Henrique Mandetta, de gran aceptación por la mayoría de personas según las encuestas y que gozaba del apoyo de algunos sectores de la oposición, al que terminó dimitiendo esta semana y en su cargo situó al oncólogo Nelson Teich.

Con motivo de las celebraciones del Día del Ejército, centenas de simpatizantes de Bolsonaro convocaron para este domingo manifestaciones a favor del mandatario y en contra del Congreso, la Corte Suprema y de algunos gobernadores contrarios al jefe de Estado en el enfrentamiento al coronavirus SARS-CoV-2, que contabiliza 37.437 casos.

En Sao Paulo, por lo menos dos caravanas movilizaron partidarios de Bolsonaro desde el Parque de Ibirapuera y algunos barrios de clase alta hasta la céntrica Avenida Paulista, donde cientos de manifestantes protestaron contra el gobernador, Joao Doria, un antiguo aliado del mandatario.

Además de esas dos caravanas en la mayor ciudad brasileña y de la de Brasilia, algunas ciudades del interior del estado de Sao Paulo y otras capitales regionales como Río de Janeiro, Salvador, Recife, Natal y Porto Alegre también tuvieron movilizaciones a favor del Gobierno federal y contra las autoridades locales.

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