Amazonas vs Notre Dame: el gobierno de Bolsonaro criticó a Macron por no evitar «un incendio previsible»
27 agosto 19El jefe de gabinete del presidente brasileño
El gobierno de Jair Bolsonaro, criticado a nivel mundial por su manejo de los incendios en el Amazonas, continúa su enfrentamiento con el mandatario francés, Emmanuel Macron. En su argumentación para rechazar la millonaria ayuda ofrecida este lunes por el G7, Brasilia recordó el trágico incendio de la catedral de Notre Dame.
«Macron no logra siquiera evitar un previsible incendio en una iglesia que es un patrimonio de la humanidad y ¿qué pretende enseñarle a nuestro país?», desafió el jefe del gabinete de Bolsonaro, Onyx Lorenzoni, en referencia al incendio que devastó el templo parisino el pasado abril.
La cumbre de líderes occidentales acordó una ayuda de USD 20 millones, que en una primera etapa serían usados para el envío de aviones hidrantes que enfrentarían los devastadores siniestros en el «pulmón del mundo».
Sin embargo, el ministro respondió con foco en Macron, uno de los mayores críticos de la gestión ambiental de Bolsonaro. «Él tiene mucho que cuidar en su casa y en las colonias francesas», agregó, en alusión a los territorios franceses de ultramar, entre los que figura la Guayana Francesa, limítrofe con Brasil.
El incendio en la catedral francesa ya había sido recordada por miles de usuarios que compararon la rápida y multimillonaria recaudación de fondos que se reunió tras conocerse la noticia, frente a la lenta reacción de la comunidad internacional ante el fuego en la Amazonía, que ya lleva tres semanas en niveles preocupantes.
Lorenzoni, en declaraciones al portal G1, aseguró que, aunque agradecía la oferta, los recursos «tal vez esos recursos sean más relevantes para reforestar Europa».
El gobierno del líder ultraderechista mantiene firme su postura de defender su territorio y considerar como una intromisión extranjera o «colonialismo» los intentos por colaborar en las tareas.
En sus más recientes arremetidas, Bolsoanro acusó al gobernante francés de «disfrazar sus intenciones sobre la Amazonía detrás de la idea de que una ‘alianza’ de los países del G7 para ‘salvar’ la Amazonía, como su fuésemos una colonia o una tierra de nadie».
«Respetamos su soberanía, pero en el tema de la Amazonía no podemos dejarle destruirlo todo», indicó el lunes Macron, quien antes había dejado entrever la posibilidad de una acción conjunta internacional para la defensa de la región amazónica.
Al respecto, el canciller brasileño, Ernesto Araújo, respondió: «Nadie necesita de una ‘nueva iniciativa para la Amazonía’, como sugiere el presidente Macron, cuando ya existen en el ámbito de la Convención del Clima de las Naciones Unidas varios mecanismos para combatir la deforestación».
Aunque los focos de incendio continúan en aumento, según los propios registros del estado brasileño, el ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva, afirmó este lunes que la situación «está bajo control».
De todas formas, el gobierno brasileño sí ha aceptado ayuda de algunos países. En los próximos días se espera la llegada de brigadistas y aviones cisternas ofrecidos por Chile y Ecuador. A su vez, Israel también enviará «100 toneladas de material anti incendios» para evitar la expansión de los incendios.
Bolsonaro trata de jugar a fondo la carta nacionalista en la Amazonía, un tema al cual los brasileños tanto de izquierda como de derecha se muestran sensibles. Desde que llegó al poder en enero, el presidente protagonizó varias polémicas con los ambientalistas, llegando a cuestionar los datos del INPE y a paralizar el Fondo Amazonía, financiado por Noruega y en menor medida por Alemania, para preservación de la selva tropical.
Su retórica creó malestar en los sectores del agronegocio, que temen el cierre de mercados para carnes y cereales brasileños por sospechas de que podrían proceder de zonas deforestadas.
Una encuesta realizada entre el 22 y el 25 de agosto, en plena polémica, reveló que el índice de aprobación de Bolsonaro cayó de 57,5% en febrero a 41% en agosto, en tanto que la desaprobación subió de 28,2% a 53,7%.