Los 1045 días de suplicio de Theresa May, la primera ministra que no pudo cumplir con el Brexit

24 mayo 19

La líder conservadora asumió tras el referéndum

Los 1045 días de suplicio de Theresa May, la primera ministra que no pudo cumplir con el Brexit

David Cameron arrojó la piedra y escondió la mano. Sabía que en una parte importante de la sociedad británica había un creciente rechazo hacia la Unión Europea (UE), y necesitaba sumar en las elecciones de 2015 más votos de los que había obtenido en 2010 para alcanzar una mayoría que le permitiera gobernar en soledad, prescindiendo de los Liberales Demócratas. Así que centró su campaña por la reelección en una promesa: si volvía a ganar, llamaría a un referéndum para que los británicos decidieran si querían permanecer en la UE.

La estrategia dio resultado en un primer momento. En los comicios del 7 de mayo de 2015, su Partido Conservador consiguió 330 bancas en la Cámara de los Comunes, 24 más que en 2010 y lo suficiente para formar un gobierno sin negociar con nadie.

Pero entonces comenzaron los problemas, porque tenía que cumplir el compromiso asumido. Pasó más de un año hablando de las bondades de la UE y diciendo que el Reino Unido debía permanecer. Pero era tarde: había puesto en marcha un mecanismo que ya no podía parar. El 23 de junio de 2016 se realizó el histórico referéndum en el que el Brexit se impuso con el 51,9% de los votos. Cameron renunció al día siguiente, diciendo que no podía llevar adelante un proceso con el que no estaba de acuerdo.

El Partido Conservador necesitaba un reemplazo para hacer el trabajo sucio. El candidato natural era Boris Johnson, ex alcalde de Londres y principal vocero de la causa antieuropea en el partido. Perspicaz como pocos, rechazó el ofrecimiento. Sospechaba que era imposible salir ileso de un trámite que, de mínima, iba a ser extremadamente engorroso.

Le tocó a Theresa May, que era ministra del Interior de Cameron desde 2010 y que había hecho campaña por la permanencia en la UE. Pero no había muchas alternativas y ella aceptó el desafío. Johnson decidió acompañarla como canciller.

May sabía que su gobierno iba a tener una sola misión: sacar al Reino Unido del bloque continental con el menor costo posible. Tenía claro que iba a pasar a la historia por cómo resolviera ese reto.

El 13 de julio de 2016 asumió como primera ministra y comenzó un suplicio que se prolongó durante 1045 días. Este viernes presentó su renuncia, varios meses después de haber perdido todo el apoyo político. Lo intentó de todas las formas posibles, pero no logró sellar un pacto de salida que pudiera convencer al mismo tiempo a los otros líderes europeos y a su parlamento. La dimisión se concretará el 7 de junio, cuando el Partido Conservador comience el proceso para hallar un reemplazante que sea capaz de concretar un objetivo que a esta altura parece imposible.

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