Estados Unidos advirtió de “consecuencias graves” para Gaza si el Consejo de Seguridad de la ONU no respalda el plan de Trump
14 noviembre 25Washington impulsa una resolución que propone crear un gobierno transicional

Por Infobae
Estados Unidos pidió este jueves al Consejo de Seguridad de la ONU que cierre filas y respalde su proyecto de resolución destinado a apuntalar el plan de paz del presidente Donald Trump para Gaza. Washington advirtió que cualquier maniobra para frenar o dividir al Consejo podría repercutir directamente sobre la población palestina.
En una declaración enviada a la prensa, la misión estadounidense alertó de “consecuencias graves, tangibles y evitables” para los habitantes del enclave si continúan, en plena negociación, los intentos de sembrar disenso entre los miembros del órgano.
El borrador que impulsa Estados Unidos busca dar continuidad al alto el fuego alcanzado en la guerra que Israel y Hamas mantienen desde hace dos años. Desde la semana pasada, diplomáticos norteamericanos iniciaron rondas de discusión internas en el Consejo para introducir un texto que respalde el plan del presidente Trump y defina un marco político y de seguridad para la fase posterior.
Washington considera que el momento es crítico: la tregua se sostiene con fragilidad y los canales de ayuda humanitaria funcionan bajo enorme presión.
Según la tercera versión del borrador consultada por AFP, el texto “da la bienvenida” a la creación del Board of Peace, un órgano de gobierno transicional para Gaza que, en teoría, presidiría el propio Trump hasta finales de 2027. El documento propone que ese ente supervise la gestión administrativa del territorio durante la reconstrucción y coordine la transición hacia un nuevo esquema político local.
Una de las propuestas centrales de la resolución es autorizar a los Estados miembros a conformar una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF, por sus siglas en inglés). Este contingente cooperaría con Israel, Egipto y una policía palestina reformada y entrenada nuevamente.
Su misión sería asegurar los puntos fronterizos, apoyar la desmilitarización de la Franja y proteger los corredores humanitarios. El borrador también prevé que la ISF participe en la retirada permanente de armas en manos de grupos armados no estatales.
La naturaleza de esta fuerza —su tamaño, composición, reglas de enfrentamiento y financiación— sigue siendo uno de los puntos que genera más interrogantes entre los miembros del Consejo.
En la ONU existen numerosos precedentes de misiones con mandatos complejos en zonas de conflicto, pero el rol previsto en Gaza plantearía un nivel de coordinación inédito con actores regionales y con fuerzas locales palestinas cuya estructura futura aún no está clara.
A diferencia de versiones previas, el borrador incorpora por primera vez una referencia a un posible Estado palestino. El texto señala que, una vez implementadas las reformas exigidas a la Autoridad Palestina y cuando avance la reconstrucción de Gaza, podrían darse “las condiciones para un camino creíble hacia la autodeterminación y la estatalidad palestinas”.
La inclusión de este párrafo responde a las presiones de varios miembros del Consejo —incluidos países europeos— que han insistido en que cualquier plan para Gaza debe articular un horizonte político verificable.
El documento también prevé que Estados Unidos facilite un diálogo entre Israel y los palestinos con el objetivo de acordar “un horizonte político para una convivencia pacífica y próspera”.
El secretario de Estado, Marco Rubio, se mostró optimista el miércoles respecto a la posibilidad de que la resolución sea adoptada. Señaló que las conversaciones con los miembros del Consejo avanzan de manera positiva y que las delegaciones trabajan ya sobre ajustes técnicos del texto. Sin embargo, varias misiones expresaron que persisten reservas significativas.
Entre las objeciones mencionadas por diplomáticos figuran la ausencia de mecanismos de supervisión directa por parte del Consejo de Seguridad, la indefinición del papel de la Autoridad Palestina en el futuro gobierno de Gaza y la falta de claridad sobre el mandato operativo de la ISF.
Las negociaciones en Nueva York se desarrollan, además, en un contexto de fuerte presión humanitaria. Según informes recientes de organizaciones como la ONU y la Cruz Roja, Gaza sigue afrontando niveles extremos de devastación tras dos años de guerra, con infraestructuras básicas colapsadas y una población desplazada masivamente.
El desafío para el Consejo es convertir un borrador políticamente divisivo en un acuerdo viable capaz de sostener el frágil alto el fuego y abrir un camino político sostenido, algo que el sistema multilateral no ha logrado desde hace décadas.
El destino del texto dependerá de si Washington consigue incorporar las garantías que exigen algunos miembros permanentes y no permanentes del Consejo. La negociación continúa, marcada por la urgencia y por la presión de un escenario regional que sigue siendo volátil.





