El ocaso de Alejandro Toledo: de ser la esperanza para terminar con la dictadura a extraditado por millonaria coima de Odebrecht

23 abril 23
El ocaso de Alejandro Toledo: de ser la esperanza para terminar con la dictadura a extraditado por millonaria coima de Odebrecht

Por Infobae

Cabizbajo, con una mirada de cansancio y resignación, el exmandatario peruano Alejandro Toledo Manrique, de 77 años, sentado en una silla de ruedas y resguardado por alguaciles de Estados Unidos, en la sala de abordaje de un aeropuerto en Los Ángeles (California), espera su pronto traslado hacia el Perú.

Luego de su abordaje en el vuelo comercial de Latam LA535 que está programado para las 9:10 p.m. (hora peruana), se tiene previsto que el exjefe de Estado, arribe al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, a las 7:30 a.m., donde será entregado por los alguaciles estadounidenses a las autoridades peruanas.

A pocas horas para que el expresidente llegue a Lima y sea internado en el penal Barbadillo, en Ate, recordamos el ascenso y ocaso del líder y fundador de Perú Libre, partido político que lo catapultó a la presidencia del Perú tras el retorno de la democracia en 2001.

Antes de convertirse en el primer servidor público del país, el economista formado en la Universidad de San Francisco y en la Universidad de Stanford, en 1995, fue la primera vez que intentó llegar al sillón presidencial con su movimiento político, pero solo alcanzó el 3.5% de los votos válidos. En aquella ocasión el exdictador Alberto Fujimori ganó las elecciones generales con el 62% de las preferencias.

Al transcurrir cinco años, en el nuevo milenio, Toledo volvió a ser candidato a la presidencia del Perú, pero en aquel tiempo el país atravesaba por un momento de profunda crisis de corrupción y gran concentración de poder en las instituciones del Estado que fue perpetrado en el gobierno del hoy encarcelado Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por delitos contra los derechos humanos.

Sin embargo, en sus primeros spots de campaña, el exjefe de Estado felicitaba a Fujimori por su trabajo: “Presidente Fujimori he venido hasta aquí para reconocer lo que hizo por nuestro país en su primer gobierno (…) Combatió el terrorismo y la inflación. Yo le aplaudí, pero ya es hora que usted descanse; no se preocupe, sus obras buenas serán continuadas, pero mejoraré aquellos aspectos que usted ha descuidado como trabajo y libertad. Hágale caso al país, usted no quisiera que otro gobierno suyo termine por cerrarnos las puertas del mundo. Gracias, presidente, nos vemos en el cambio de mando”, enfatizó.

En aquel entonces, el líder peruposibilista representó un liderazgo que amenazó la continuidad de Alberto Fujimori en las elecciones del 2000. Fue así que representó la esperanza de fuerzas políticas democráticas para terminar con la dictadura fujimorista que había tomado el Tribunal Constitucional, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) para reelegirse en elecciones con indicios de fraude.

Esto provocó una serie de movilizaciones ciudadanas, llamada ‘los Cuatro Suyos’, que comenzaron a poner en jaque el gobierno fujimorista. El fundador de Perú Posible, como opositor político, fue quien puso el rostro en las movilizaciones. Con una vincha roja y camisa verde recorría calles y plazas denunciando fraude con otros líderes políticos, incluso la manifestación llegó cerca al Congreso de la República, dominado por el partido oficialista Perú 2000 y parlamentarios tránsfugas, cuando Alberto Fujimori juramentaba como presidente del Perú.

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