Vladimir Putin admitió que la situación es “extremadamente difícil” en las regiones ucranianas que Rusia pretende anexionar

20 diciembre 22

El presidente ruso pidió intensificar el trabajo al Servicio Federal de Seguridad

Vladimir Putin admitió que la situación es “extremadamente difícil” en las regiones ucranianas que Rusia pretende anexionar

Por Infobae

El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que la situación en cuatro zonas de Ucrania que Moscú ha declarado parte de Rusia es “extremadamente difícil” y ordenó a los servicios de seguridad que intensifiquen la vigilancia para asegurar sus fronteras y combatir nuevas amenazas.

Los comentarios de Putin en el Día de los Servicios de Seguridad, una fecha celebrada en toda Rusia, se produjeron mientras Kiev renovaba sus peticiones de más armamento después de que drones rusos alcanzaran objetivos energéticos y mientras crece el temor a que Bielorrusia, aliada de Moscú, pueda abrir un nuevo frente de invasión contra Ucrania.

Putin ordenó a los Servicios Federales de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso) que intensificaran la vigilancia de la sociedad rusa y de las fronteras del país para combatir la “aparición de nuevas amenazas” procedentes del exterior y de traidores en el interior.

En ese sentido, dijo que necesitaba “la máxima compostura y concentración de fuerzas” en las operaciones de contrainteligencia de Rusia. El dirigente del Kremlin se dirigió en especial a aquellos agentes de seguridad que viven en “las nuevas regiones de Rusia”.

“La gente que vive allí, los ciudadanos de Rusia, dependen de ustedes, de su protección”, les dijo a las FSB.

Putin, en un inusitado reconocimiento de que la invasión de Ucrania no ha ido sobre ruedas, advirtió de la difícil situación que atraviesan las regiones ucranianas que Moscú decidió anexionarse en septiembre y ordenó a los FSB que garantizara la “seguridad” de las personas que viven allí.

“La situación en las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk, en las regiones de Kherson y Zaporizhzhia es extremadamente difícil”, dijo Putin a última hora del lunes.

En septiembre, un desafiante Putin procedió a anexionarse una franja de Ucrania —alrededor del 15% del país— en una ceremonia en el Kremlin, pero a principios de este mes dijo que la guerra “puede ser un proceso largo”. La medida de Putin de anexionarse las zonas fue condenada por Kiev y sus aliados occidentales como ilegal.

El lunes, Putin hizo su primera visita a Bielorrusia desde 2019, donde él y su homólogo ensalzaron lazos cada vez más estrechos en una conferencia de prensa a última hora de la tarde, pero apenas mencionaron Ucrania.

Kiev, mientras tanto, buscaba más armas en Occidente después de que drones “kamikazes” rusos atacaran objetivos energéticos a primera hora del lunes.

“Armas, proyectiles, nuevas capacidades de defensa, (…) todo lo que nos permita acelerar el final de esta guerra”, dijo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su discurso vespertino.

El alto mando militar ucraniano declaró que sus defensas aéreas habían derribado 23 de los 28 drones —la mayoría sobre la capital, Kiev— en el tercer ataque aéreo ordenado por Moscú en seis días. Rusia ha atacado la red eléctrica ucraniana, provocando apagones en un contexto de temperaturas bajo cero.

Los drones “kamikazes” utilizados en los ataques son aviones no tripulados desechables de producción barata que vuelan hacia su objetivo antes de caer en picado a gran velocidad y detonar con el impacto.

ACTIVIDAD EN BIELORRUSIA

Al noroeste de Ucrania, desde hace meses hay una constante actividad militar rusa y bielorrusa en Bielorrusia, un estrecho aliado del Kremlin que las soldados de Moscú utilizaron como plataforma de lanzamiento para su frustrado ataque contra Kiev en febrero.

El viaje de Putin a Minsk ha despertado temores en Ucrania sobre una mayor implicación de las fuerzas armadas bielorrusas en la invasión. Putin y Lukashenko apenas se refirieron a Ucrania en la rueda de prensa posterior al encuentro, en la que ensalzaron los beneficios de la alineación económica y en materia de defensa.

Lukashenko ha repetido en varias ocasiones que no tiene intención de enviar soldados de su país a Ucrania, donde la invasión de Moscú fracasó estrepitosamente con una serie de retiradas del campo de batalla ante una importante contraofensiva.

El Kremlin rechazó el lunes la sugerencia de que Putin quisiera empujar a Bielorrusia a un papel más activo. La agencia de noticias RIA Novosti citó al portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, diciendo que tales informaciones eran “infundadas” y “estúpidas”.

Tanto Putin como Lukashenko se esforzaron por descartar la idea de que Rusia se anexionara o absorbiera Bielorrusia. “Rusia no tiene interés en absorber a nadie”, declaró Putin.

Preguntado por este comentario, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, dijo que debía tratarse como el “colmo de la ironía”, dado que “procedía de un líder que pretende en este momento, ahora mismo, absorber violentamente” a su vecino pacífico de al lado (Ucrania).

LOS COMBATES SE RECRUDECEN

El conflicto de Ucrania, que está cerca de cumplir 10 meses y es el mayor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, ha dejado decenas de miles de muertos, ha expulsado a millones de sus hogares y ha reducido ciudades a ruinas.

El Estado Mayor ucraniano dijo que la artillería rusa bombardeó 25 ciudades y pueblos en torno a Bajmut y Avdivka, en el este, y varias zonas en torno a Kupiansk, ciudad del noreste recuperada por Ucrania en septiembre.

También afirmó que las fuerzas aéreas y de artillería ucranianas llevaron a cabo más de una docena de ataques contra soldados y material rusos, incluidos depósitos de municiones, y derribaron dos helicópteros.

Alexei Kulemzin, el alcalde ruso de la ciudad de Donetsk, dijo que los bombardeos ucranianos alcanzaron un ala del hospital, junto con un jardín de infancia, publicando en Telegraph una foto de lo que parecía ser una sala de espera con muebles y accesorios destrozados.

Reuters no pudo verificar de forma independiente las versiones de ambos bandos sobre el campo de batalla.

Rusia afirma que está llevando a cabo su “operación militar especial” —según la denominación del Kremlin— en Ucrania para librarla de los nacionalistas y proteger a las comunidades rusoparlantes. Ucrania y Occidente califican las acciones del Kremlin de guerra de agresión no provocada.

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