La agencia nuclear de la ONU inició la reunión en la que analiza amonestar a Irán por su programa atómico

06 junio 22

Organismo Internacional de la Energía Atómica

La agencia nuclear de la ONU inició la reunión en la que analiza amonestar a Irán por su programa atómico

Por Infobae

La Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) abrió este lunes una reunión en la que debe analizar un proyecto de resolución occidental para amonestar a Irán en medio de las negociaciones estancadas sobre su programa nuclear.

El texto elaborado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania urge a Teherán a “cooperar plenamente” con el OIEA y, de aprobarse por los 35 miembros de la junta reunida en Austria hasta el viernes, sería la primera resolución crítica contra este país desde junio de 2020.

La reunión comenzó este lunes a las 10.30 (08.30 GMT) con la presencia del director general Rafael Grossi.

La impaciencia crece entre las potencias occidentales ante la República Islámica, que se aparta cada vez más de sus compromisos nucleares y restringe su colaboración con este organismo de la ONU encargado de velar por el carácter pacífico de su programa.

En un informe reciente, el OIEA denunció la ausencia de “respuestas satisfactorias” y “técnicamente creíbles” por parte de Irán sobre los restos de uranio enriquecido hallados en tres instalaciones no declaradas del país.


“Enviar un mensaje”

Incluso si estas actividades se remontan a antes del año 2003, “nada excusa la incapacidad sistemática de Irán de cooperar de manera seria en la investigación del Organismo”, afirmó a AFP Kelsey Davenport, experta de Arms Control Association.

“Una resolución crítica es necesaria para enviar un mensaje, señalar que esta obstrucción tendrá consecuencias”, añadió.

De su lado, Irán prometió una respuesta “inmediata” a toda acción “política” de los países occidentales, advirtiendo contra una iniciativa “no constructiva” en un momento en que las negociaciones para resucitar el acuerdo de 2015 sobre su programa nuclear están en punto muerto.

Estas discusiones comenzaron en abril de 2021 con el objetivo de reintroducir a Estados Unidos en este pacto alcanzado entre Teherán y las principales potencias mundiales para evitar la fabricación de una bomba atómica en Irán, una intención que este país niega.

Durante la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos se retiró del acuerdo que consideraba insuficiente y restableció las sanciones económicas contra la República Islámica.

La aprobación de esta resolución en la junta del OIEA podría “interrumpir el proceso de negociaciones”, advirtieron por su parte China y Rusia, que también firmaron el acuerdo inicial con Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia.

En un tuit, el embajador ruso Mijail Ulyanov pidió “redoblar los esfuerzos diplomáticos” en vez de desafiar a Irán con este texto.

En la sombra de Ucrania

Aunque el ambiente se tense, Clément Therme, investigador asociado del Instituto Internacional de Estudios Iraníes (Rasanah) no prevé una ruptura de las discusiones en este momento.

“En el contexto de la guerra en Ucrania, los europeos no están dispuestos a abrir una nueva crisis con Irán”, opina. “El documento está formulado de manera que deja la puerta abierta”.

Las negociaciones tropiezan con el rechazo del presidente estadounidense Joe Biden a ceder a una demanda clave para Teherán: retirar a la milicia ideológica iraní de los Guardianes de la Revolución de la lista negra de “organizaciones terroristas” de Washington.

La Casa Blanca quiere evitar críticas y reproches de la oposición republicana antes de las elecciones de medio mandato de noviembre. Si Biden teme “un coste político elevado, es poca cosa en comparación con la amenaza de un Irán dotado con el arma nuclear”, insiste Kelsey Davenport, que pide a la administración estadounidense “encontrar soluciones creativas”.

Según las estimaciones del OIEA, la República Islámica dispone actualmente de 43,1 kg de uranio enriquecido al 60%.

“Una cantidad que, si se enriquece al 90%, es suficiente para construir una bomba en diez días” en el peor de los escenarios, asegura esta especialista.

Davenport indicó que los últimos pasos del armamento pueden llevar “todavía uno o dos años” de desarrollo, pero pueden ser “difíciles de detectar”, por lo que es “urgente reimponer límites” y reanudar el régimen de inspecciones del OIEA.

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