El FBI identificó al secuestrador de la sinagoga en Texas y Joe Biden aseguró que el ataque fue un “acto de terrorismo”
16 enero 22El atacante, que murió, era un ciudadano británico de 44 años llamado Malik Faisal Akram. Según dijo el mandatario, había buscado la liberación de la terrorista convicta Aafia Siddiqui
Por: Infobae
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó el domingo como un “acto de terrorismo” la toma de rehenes en una sinagoga del estado de Texas y pareció confirmar que el atacante, quien posteriormente murió, exigía la liberación de la terrorista convicta Aafia Siddiqui.
“Este fue un acto de terrorismo” que estaba relacionado con “alguien que fue detenido hace 15 años y ha estado en la cárcel durante 10 años”, dijo Biden en declaraciones a periodistas durante una visita a una organización de ayuda contra el hambre en la ciudad de Filadelfia.
Siddiqui es una científica paquistaní que en 2010 fue condenada por un tribunal de Nueva York a 86 años de prisión por el intento de asesinato de funcionarios estadounidenses en Afganistán. Siddiqui está actualmente recluida en una prisión de Fort Worth, Texas.
Poco antes, el FBI confirmó que el hombre era un ciudadano británico de 44 años llamado Malik Faisal Akram, dijo el domingo el FBI.
“En este momento, no hay indicios de que haya otras personas involucradas”, dijo el comunicado de la oficina de campo del FBI en Dallas.
Las autoridades de Estados Unidos activaron el domingo una investigación de “alcance mundial” sobre el sospechoso.
Los cuatro rehenes -entre ellos un respetado rabino local, Charlie Cytron-Walker- fueron liberados ilesos el sábado por la noche en ese estado del sur del país, lo que provocó alivio en Estados Unidos, donde la comunidad judía y el presidente Joe Biden renovaron sus llamamientos para luchar contra el antisemitismo.
La policía no dijo si el equipo de asalto mató al hombre o si éste se suicidó.
“Investigaremos al secuestrador y a su contacto”, declaró el agente especial del FBI Matt DeSarno a los periodistas en la pequeña ciudad texana de Colleysville, a unos 40 kilómetros al noroeste de Dallas, tras el final del enfrentamiento.
“Tendremos un alcance global. Hemos estado en contacto con múltiples pistas del FBI que incluyen Tel Aviv y Londres”, añadió.
Sobre el tema también se pronunció el abogado de Siddiqui, quien en declaraciones a CNN dijo que ella “no tiene absolutamente ninguna implicación” en la situación de los rehenes y condenó el incidente.
Siddiqui fue la primera mujer sospechosa de tener vínculos con la red yihadista Al Qaeda en ser detenida en Estados Unidos, lo que le valió el apodo de “Lady Al Qaida”.
DeSarno no confirmó las demandas de la sospechosa, pero precisó que estaban “centradas en un asunto que no era específicamente una amenaza para la comunidad judía”.
En un momento dado, el enfrentamiento involucró a unos 200 agentes de la ley locales, estatales y federales que se concentraron alrededor de la Congregación Beth Israel en Colleyville.
Una transmisión en vivo de la página de Facebook de la congregación durante el servicio matinal del ‘sabbat’ parecía capturar la voz del hombre hablando en voz muy alta, aunque no mostraba la escena en el interior del centro religioso.
En esa transmisión podía escucharse a un hombre diciendo: “Pon a mi hermana al teléfono” y “voy a morir”. También expresó: “Hay algo que está mal con Estados Unidos”.
Uno de los rehenes fue liberado al principio del enfrentamiento. Tras horas de lo que, según la policía, fueron extensas negociaciones con el sospechoso, un equipo SWAT de élite irrumpió en la sinagoga.
Los periodistas que se encontraban en las inmediaciones reportaron haber oído un fuerte estallido -probablemente una granada de fragmentación utilizada como distracción- y disparos.
El incidente despertó preocupación entre la comunidad judía y en el gobierno de Israel, cuyo primer ministro Naftali Bennett aseguró supervisar “de cerca” la situación.
Las sinagogas de varias ciudades de Estados Unidos aumentaron la seguridad tras el atentado, aunque las autoridades dijeron que no creían que el incidente formara parte de una amenaza global.
El presidente Joe Biden prometió “oponerse al antisemitismo y al aumento del extremismo en este país”.