Daniel Ortega, cada vez más aislado: los países que repudiaron y los que avalaron la farsa electoral en Nicaragua

09 noviembre 21

Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos y la Unión Europea.

Daniel Ortega, cada vez más aislado: los países que repudiaron y los que avalaron la farsa electoral en Nicaragua

El repudio es general. Solo un puñado de países avalaron la farsa electoral montada por el dictador Daniel Ortega este domingo en Nicaragua. A fuerza de represión, persecución y censura, y con siete candidatos presidenciales opositores privados de su libertad arbitrariamente, el mandatario sandinista, en el poder desde 2007, permanecerá en el cargo junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, por un nuevo periodo de cinco años.

Las reacciones de rechazo y desconocimiento a los resultados difundidos por el Consejo Supremo Electoral (CSE) no tardaron en llegar.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sostuvo que las elecciones organizadas en Nicaragua por Ortega fueron “una pantomima ni libre, ni justa, y ciertamente, no democrática”. Pese a que el dictador sandinista se proclamó vencedor, Biden lo instó a tomar “inmediatamente” los pasos necesarios para “restaurar” la democracia en el país centroamericano. Además, reiteró su exigencia de que sean liberados “inmediata e incondicionalmente” los presos políticos.

Pero la reacción de la Casa Blanca no termina en las palabras de condena de Biden. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, advirtió este lunes que Washington aplicará nuevas sanciones contra el régimen.

“Continuaremos usando la diplomacia, las acciones coordinadas con nuestros aliados y socios regionales, las sanciones y las restricciones de visado” para que “los cómplices en el apoyo a los actos no democráticos del gobierno de Ortega-Murillo rindan cuentas”, afirmó en un comunicado. Y agregó: “Si bien Ortega y Murillo pueden permanecer atrincherados en el poder, la elección antidemocrática de Nicaragua no les proporciona ni puede proporcionarles ningún mandato democrático para gobernar”.

Josep Borrell, alto representante para la Política Exterior de la UE, indicó por medio de un comunicado que “Ortega ha eliminado toda competencia electoral creíble, privando al pueblo nicaragüense de su derecho a elegir libremente a sus representantes”.

Según el jefe de la diplomacia europea, la “integridad del proceso electoral quedó anulada por el encarcelamiento, el acoso y la intimidación sistemáticos de precandidatos presidenciales, dirigentes de la oposición, líderes estudiantiles y rurales, periodistas, defensores de los derechos humanos y representantes de empresas”.

La Unión Europea se pronunció casi al unísono con España, cuyo gobierno socialista también repudió el accionar de Ortega y no reconoció los resultados electorales. José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, aseguró que los comicios del domingo “han sido una burla”: “Ha sido una burla, una burla al pueblo de Nicaragua, una burla a la comunidad internacional y sobre todo una burla a la democracia”.

El Reino Unido también consideró que los comicios en Nicaragua no fueron “ni libres ni justos”. “Fue una elección sólo nominal. El presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, continúan en el poder solo después de que todos los candidatos creíbles de la oposición fueron arrestados y descalificados para presentarse”.

“Con estas maniobras los Ortega están llevando a Nicaragua por el trágico camino del autoritarismo. El pueblo de Nicaragua se merece algo mejor. En los últimos años se les ha negado sistemáticamente muchos de sus derechos humanos universales, entre ellos la libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica”, alertó la cancillería británica.

El reino de Noruega también se pronunció sobre la farsa electoral en Nicaragua. “No se pueden tolerar las violaciones de los derechos humanos y la represión de la sociedad civil. Tras las detenciones de políticos de la oposición, las elecciones no pueden considerarse justas ni democráticas. Se necesita un diálogo inclusivo para recuperar el futuro democrático”, indicó la ministra de Asuntos ExterioresAnniken Huitfeldt.

Este martes se sumó a la condena el gobierno de Canadá, que a través de un comunicado expresó que las elecciones “no reflejan la voluntaddel pueblo de Nicaragua”.

“El régimen le robó a la ciudadanos su derecho a votar en elecciones limpias y libres al manipular el proceso electoral, especialmente al detener arbitrariamente a sus oponentes políticos, reprimientos a los medios independientes y forzando a los civiles a exiliarse”, señala el texto fechado este 9 de noviembre en Ottawa, sede del gobierno de Justin Trudeau.

En América Latina, las primeras naciones en salir a repudiar los comicios del domingo fueron Colombia, Uruguay y Costa Rica.

Desde Israel, el jefe de estado colombiano,Iván Duque, manifestó que el resultado de las elecciones son la “crónica de un fraude anunciado”, por lo que el país desconocerá la legitimidad del mandatario.

“Nosotros hemos hecho varios cuestionamientos, los hemos hecho públicamente, sobre la situación que se viene viviendo en Nicaragua. Con los resultados que se han visto, con la forma en que se ha procedido contra miembros de la oposición, con la forma en como se ha procedido también frente a expresiones del sector privado y la prensa, claramente no podemos reconocer los resultados de las elecciones en Nicaragua”, sostuvo Duque, desde Jerusalén.

“Mantener un régimen que ya es una dictocracia, que se convertirá en una dictadura y que además es contrario a la decisión de la corte interamericana con respecto a la opinión consultiva sobre elecciones y limitadas” supone “otro atropello más a la democracia en nuestra región y no lo podemos tolerar”, añadió.

La cancillería de Uruguay, en tanto, emitió un comunicado en el que remarcó que los comicios “carecen de legitimidad al no haberse enmarcado en estándares internacionales reconocidos, sujetos a órganos de contralor independientes e imparciales, ni contar con las debidas garantías para la participación de todos los actores políticos”.

“Tampoco las autoridades nicaragüenses aseguraron la plena vigencia de la libertad de expresión, participación y reunión. Por el contrario, el gobierno de dicho país procedió a la detención de un número significativo de candidatos a la Presidencia en los meses previos al acto electoral, arrestando además a numerosos miembros de los partidos de oposición, violentando además las garantías de transparencia, inclusión y verificación, esenciales a todo proceso democrático”, concluye el escrito.

Costa Rica, país que acoge a miles de exiliados nicaragüenses, anunció este domingo que no reconoce el proceso electoral por la “ausencia de condiciones y garantías” requeridas en una democracia para acreditar los comicios como transparentes, creíbles, independientes, libres, justos e inclusivos.

El gobierno del presidente peruano Pedro Castillo manifestó este lunes que las elecciones nicaragüenses no contaron “con los criterios mínimos de elecciones libres, justas y transparentes que establece la Carta Democrática Interamericana”. “El Perú ha apoyado las resoluciones adoptadas en la Organización de los Estados Americanos para evitar esa grave situación, así como todos los esfuerzos colectivos dirigidos a favorecer el restablecimiento del diálogo y el entendimiento entre los nicaragüenses, la liberación de los candidatos y presos políticos y la implementación de las reformas electorales acordadas”, apuntó la cancillería en un comunicado.

El Gobierno chileno, por su parte, señaló que “rechaza y no reconoce la legitimidad” de las elecciones, “las que apuntan a eternizar a Daniel Ortega y Rosario Murillo en el poder consolidando un régimen dictatorial”. Según publicó la Cancillería chilena en un comunicado, el proceso electoral nicaragüense “careció de todas las condiciones para ser estimado válido y transparente”.

La jornada se realizó en el contexto de graves violaciones a los derechos humanos, encarcelamiento de líderes y candidatos opositores, represión de los partidos independientes, persecución sistemática a los líderes y organizaciones de la sociedad civil, ausencia de observadores internacionales y bloqueo a los medios de comunicación”, agrega el texto.

Guatemala se sumó a la lista de países que expresaron su preocupación por las condiciones en las que se desarrollaron los comicios: “Guatemala lamenta que no se haya cumplido con las condiciones para unas elecciones libres, justas, basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo, el régimen plural de partidos y organizaciones políticas, y la separación e independencia de los poderes públicos”.

La Cancillería de Panamá también se pronunció en rechazo a las elecciones a las que catalogó como “excluyentes”: “Comprometido con el fortalecimiento de la democracia en la región, rechaza las condiciones excluyentes del proceso electoral, así como las sistemáticas vulneraciones de derechos humanos y detenciones de líderes y figuras relevantes de la oposición y de movimientos sociales nicaragüenses, el continuo quebrantamiento de la institucionalidad, las restricciones contra los medios de comunicación y la sociedad civil”.

El gobierno del presidente ecuatoriano Guillermo Lasso también se pronunció sobre la falta de “garantías mínimas y de la participación de observadores internacionales y medios de comunicación imparciales, que requieren unas elecciones libres y transparentes”.

Asimismo, el Ejecutivo condenó “la vulneración a los derechos humanos, la persecución y represión hacia los líderes de oposición, sociedad civil y medios de comunicación”, y llamó a la comunidad internacional a “trabajar conjuntamente en el restablecimiento de la democracia en Nicaragua, principalmente en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA), fundamentados en los principios democráticos como una condición indispensable para mantener la paz y la estabilidad, promoviendo el desarrollo de la región”.

República Dominicana calificó los comicios del domingo como un “simulacro electoral”. La Cancillería dominicana afirmó que el proceso electoral “careció de las garantías mínimas necesarias para calificarlo como justo, libre y competitivo” por las detenciones de numerosos e importantes líderes de la oposición y de movimientos sociales, así como por las restricciones contra los medios de comunicación y la sociedad civil.

En el caso de México, que en los últimos tiempos han evitado condenar las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen de Ortega, por el momento no se ha pronunciado sobre las elecciones del domingo.

Mientras que en el caso de Argentina, evitó condenar la farsa electoral en Nicaragua. En un escueto comunicado, el gobierno de Alberto Fernández manifestó que mantiene su “tradición diplomática de no injerencia en cuestiones internas”.

“A horas de haber finalizado el acto eleccionario, mantenemos nuestra tradición diplomática de no injerencia en cuestiones internas en otras naciones”, estableció en su párrafo central la declaración de la Cancillería del país austral.

Los cómplices del régimen Ortega-Murillo

Pese a la masiva condena internacional, un puñado de países respaldó el proceso electoral en Nicaragua.

El dictador venezolano Nicolás Maduro, quien también permanece en el poder pese al desconocimiento de gran parte de la comunidad internacional y quien es investigado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad en su país, envió “un abrazo solidario y de felicitaciones al comandante presidente Daniel Ortega, a la vicepresidenta, compañera Rosario Murillo, por su legítima reelección, y al digno pueblo de la hermana República de Nicaragua, por la inobjetable victoria del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)”, dijo la Cancillería chavista en un comunicado.

“Nicaragua ratificó, a través del instrumento democrático del voto, su independencia y su autodeterminación. Ratificó ante el mundo su voluntad de continuar transitando en paz, un proceso político que ha garantizado en la última década, la restitución de los derechos humanos fundamentales, despojados por la imposición del neoliberalismo”, agregó.

Maduro ya había celebrado el domingo, antes de que se conocieran los resultados, el desarrollo de las elecciones en Nicaragua, las cuales calificó como una “jornada de paz”.

El Gobierno de Bolivia saludó este lunes la alta participación y la “vocación democrática” en los comicios: “Estamos seguros que con la participación mayoritaria y el respeto del voto popular se fortalece la democracia, como ejercicio pleno de la soberanía del pueblo”.

El ex presidente Evo Morales, líder del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), también envió un mensaje de apoyo a su aliado, el dictador Ortega: “Saludamos al digno pueblo de Nicaragua que en una demostración de coraje y madurez democrática eligió al hermano Daniel Ortega como presidente constitucional pese a la campaña de mentiras, chantaje y amenazas de EEUU”.

La dictadura cubana también se pronunció en apoyo del régimen sandinista. Según el mandatario Miguel Díaz-Canel, los comicios celebrados en Nicaragua “fueron una demostración de soberanía y civismo ante la cruel campaña mediática” que, asegura, sufre el país centroamericano. “Cuenten siempre con el apoyo de Cuba”.

Rusia e Irán, dos regímenes que mantienen estrechos vínculos con las dictaduras latinoamericanas, respaldaron a Ortega.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, destacó que el proceso se celebró de forma “organizada” y en línea con las normas locales.

“Enviamos a observadores (…) y, de acuerdo con su testimonio, los comicios se celebraron de forma organizada y con el cumplimiento de la legislación nicaragüense, las reglas epidémicas impuestas por la covid-19 y una significativa participación ciudadana”, dijo Lavrov en una rueda de prensa conjunta con su homólogo de Venezuela, Félix Plasencia.

Ello pese a que las estimaciones privadas señalaron que solo participó el 15% del padrón. A su vez, el organismo electoral reportó una cifra de 65%.

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