Países del G7 condenaron a Rusia, Irán y China por violaciones a Derechos Humanos
05 mayo 21Por: Infobae
Los países del G7 concluyeron este miércoles su primera reunión en persona en más de dos años, con fuertes acusaciones contra el régimen de China por violaciones de los derechos humanos y por la represión de figuras prodemocráticas, al tiempo que expresaron su preocupación por la agresión de Rusia contra Ucrania.
Los ministros de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Japón también pidieron al régimen de Irán que liberara a los ciudadanos extranjeros y con doble nacionalidad que se encuentran detenidos arbitrariamente en las cárceles iraníes.
Los jefes diplomáticos de esos países también advirtieron a la junta militar de Myanmar, que dio un golpe de estado en febrero, con nuevas sanciones, en un amplio comunicado final que abarca las cuestiones geopolíticas más urgentes del mundo, como el cambio climático y la recuperación tras la pandemia.
Los ministros, que se reunieron en el centro de Londres bajo estrictas restricciones por el coronavirus, se comprometieron a apoyar financieramente el programa de reparto de vacunas, Covax.
No obstante, no hubo ningún anuncio sobre nuevos fondos para mejorar el acceso a las vacunas, a pesar de los repetidos llamamientos para que el G7 haga más por ayudar a los países más pobres.
La reunión de esta semana marca la pauta para la reunión de los líderes del G7 en Cornualles (suroeste de Inglaterra) el mes que viene, en la que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hará su presentación internacional.
“Reconocemos que nos reunimos en un contexto excepcional y de rápido cambio”, dijeron los líderes en el comunicado final. “Nos comprometemos a trabajar juntos, con los países asociados y dentro del sistema multilateral, para dar forma a un futuro más limpio, más libre, más justo y más seguro para el planeta (…) Resolvemos seguir trabajando en cuestiones y resultados tangibles juntos y en asociación con muchos otros”.
Los países del G7 reservaron sus críticas más duras para el régimen de China, instando al gigante asiático a cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional y nacional.
Dijeron estar “profundamente preocupados” por las violaciones de los derechos humanos y los abusos contra la minoría musulmana uigur en la provincia de Xinjiang y en el Tíbet, e instaron a poner fin a los ataques contra los manifestantes por los derechos en Hong Kong.
Sin embargo, dejaron la puerta abierta a una futura cooperación con Beijing: “Buscamos oportunidades de trabajar con China para promover la paz, la seguridad y la prosperidad regionales y mundiales”.
Los líderes del G7 subrayaron la necesidad de una postura común para hacer frente a las amenazas globales, en contraste con el creciente unilateralismo de los últimos años y el retroceso de las instituciones globales, incluso bajo el mandato del ex presidente estadounidense Donald Trump.
También apuntaron contra Rusia por lo que calificaron de “comportamiento irresponsable y desestabilizador” al acumular tropas en la frontera ucraniana, la “ciberactividad maliciosa”, la desinformación y la actividad de inteligencia maligna.
“Seguiremos reforzando nuestras capacidades colectivas y las de nuestros socios para hacer frente y disuadir el comportamiento ruso que amenaza el orden internacional basado en normas”, afirmaron.
Los países del G7 han sancionado a los generales militares que depusieron a la líder elegida democráticamente en Myanmar, Aung San Suu Kyi. Pero advirtieron que están dispuestos a “tomar más medidas si los militares no cambian de rumbo”.
Acceso a las vacunas
Los activistas han instado al G7 a redoblar sus esfuerzos para hacer frente a las flagrantes desigualdades en la lucha contra la pandemia del coronavirus, mientras los países occidentales intensifican las campañas de vacunación y reabren sus economías.
Se han administrado más de 1.200 millones de dosis de vacunas contra el virus en todo el mundo, pero menos del 1% se ha administrado en los países menos desarrollados.
Con el apoyo de la mayoría de las naciones ricas, el programa Covax, respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pretende compartir las vacunas con las naciones más pobres.
Pero los países ricos también han dejado de lado a Covax en las primeras fases, llegando a sus propios acuerdos con los fabricantes de medicamentos, mientras los gigantes farmacéuticos se empeñan en poner las patentes de las vacunas a disposición de todos para hacer frente a las oleadas de virus.
El ex primer ministro británico Gordon Brown ha dicho que se necesita mucho más y ha instado al G7 a proporcionar la mayor parte de los 60.000 millones de dólares que, según él, se necesitan en los próximos dos años para vacunar a todo el mundo y ayudar a la recuperación económica.
El G7 dijo que reconocía la necesidad de una “recuperación inclusiva y sostenible” y respaldaba “todos los mecanismos existentes” para el acceso a las vacunas, incluso a través de Covax.
La agrupación ya ha prometido más de 10.700 millones de dólares. Pero no se anunció ninguna financiación adicional. En su lugar, los ministros “animaron a todos los socios a aumentar su apoyo como el siguiente paso crítico para controlar la pandemia y reforzar la seguridad sanitaria”.
Con información de AFP