Por Infobae
El papa Francisco presidió la ceremonia de la Pasión de Cristo del Viernes Santo como acto previo a lo que será el Vía Crucis.
El Sumo Pontífice se recostó en el suelo -como hace todos los años- para orar sobre un cojín de terciopelo ante el Altar de la Confesión, bajo el que descansan los restos del Apóstol Pedro. El color rojo de su vestimenta, símbolo de la caridad, se emplea en los Viernes Santo y en otras celebraciones, como el domingo de Pentecostés.
En esta ceremonia, se procedió a la lectura de la Pasión de Cristo, pronunciada por diáconos ante una cruz tapada con un velo rojo en el altar mayor del templo. Tras la lectura, el predicador de la Casa Pontificia pronunció una homilía. “El misterio de la cruz nos obliga a sentarnos en la fraternidad”, afirmó, recordando la encíclica del papa Francisco.
“Se llama hermano a toda persona humana. Quien no ama a su hermano, significa que no ama a su prójimo”, siguió.
Y añadió: “La Pascua inicia una etapa distinta. Los discípulos comparten su vida nueva como resucitado. Es significativo que después de su resurrección, Jesús llama a sus discípulos hermanos”.
Luego subrayó que “todos los seres humanos son hermanos. No sólo a título de creación, sino también de redención”.
También habló de las divisiones dentro de la fe, y pidió por la unión de los católicos y de la humanidad en general. “Creo que todos estamos llamados a hacer un serio examen de conciencia y a convertirnos”, remarcó.
“Debemos aprender del evangelio. (…) Los pastores deben ser pastores de todo el rebaño, no solo de una parte de él. Por eso son los primeros que tienen que hacer un examen de conciencia y pensar hacia dónde están llevando al rebaño, si a Cristo o su propio interés”, concluyó.
Este día la Iglesia no celebra la Eucaristía y ningún sacramento, a excepción de la Reconciliación y de la Unción de los Enfermos.
En diálogo con ACI Prensa, el párroco Donato Jiménez afirmó que el Viernes Santo “celebramos la muerte de Jesús, quien ha muerto por cada uno de nosotros y por toda la humanidad para reconciliarnos con el padre”.
Tras la ceremonia de la Pasión de Cristo, el papa Francisco encabezará el Vía Crucis en la plaza de San Pedro -al igual que el año pasado por la pandemia de coronavirus- y no en el Coliseo, como se realizaba ininterrumpidamente desde 1964.
El Papa estará sentado en el sagrado de la plaza y los grupos que llevan la cruz irán recorriendo la misma.
En esta ocasión, las meditaciones del Vía Crucis fueron escritas por niños, ya que los encargados fueron el grupo de Scout de Foligno (Umbria) y de la parroquia romana de los Santos Mártires de Uganda. Las imágenes que acompañarán las diferentes estaciones han sido realizadas por niños de las Casas Familias “Mater Divini Amoris” y “Tetto Casal Fattoria”.
También dentro de la basílica se celebrará la misa del Domingo de Resurrección, tras la cual se impartirá la bendición “Urbi et Orbi”, que tradicionalmente los papas realizaban asomados al balcón de la logia central de la basílica ante decenas de miles de fieles.
El papa Francisco visitó a las personas sin hogar que son vacunadas en el Vaticano
El Sumo Pontífice acudió este viernes a saludar a las personas sin hogar o en situaciones de dificultad que estaban siendo vacunadas en el atrio del Aula Pablo VI, en el marco de una campaña de inoculación de los más vulnerables que ha puesto en marcha el Vaticano.
El Papa saludó a los médicos y enfermeras, siguió el procedimiento de preparación de las dosis de la vacuna y habló con las personas que esperaban recibir las inyecciones, que son acogidas y acompañadas por algunas asociaciones romanas. Además, se tomó algunas fotos con ellos.
Hasta la fecha, aproximadamente 800 personas sin hogar fueron vacunadas en el Vaticano con la primera dosis y se espera llegar a las 1.200 completamente inmunizadas.
El primer grupo de 100, compuesto por personas alojadas en el dormitorio de las misioneras de la Caridad de San Gregorio al Celio y residentes en otras estructuras romanas, se inoculó el pasado 31 de marzo.
El Vaticano, que ya ha inmunizado a todos sus habitantes y trabajadores, ha comenzado una campaña para vacunar a los más vulnerables con la compra de dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech, suministradas por el hospital romano Lazzaro Spallanzani.