La policía en Hong Kong disparó bolitas de pimienta e hizo 300 arrestos cuando miles de personas salieron a las calles el miércoles para expresar su enojo por la legislación de seguridad nacional propuesta por China, que ha despertado la alarma internacional sobre las libertades en la ciudad.
En el corazón del distrito financiero, la policía antidisturbios disparó balas de gas pimienta para dispersar a una multitud, y en otras partes de la ciudad la policía reunió a grupos de docenas de presuntos manifestantes, haciéndolos sentarse en las aceras antes de buscar sus pertenencias.
El objetivo de los manifestantes, este miércoles, era impedir el debate de la llamada “ley del himno nacional”, una propuesta que, de aprobarse en el Consejo Legislativo hongkonés, se traduciría en hasta 3 años de cárcel y multas de hasta 50.000 dólares de Hong Kong (6.450 dólares o 5.880 euros) para quien no respete la “Marcha de los Voluntarios”.
“Aunque en el fondo tengas miedo, tienes que hablar”, dijo Chang, de 29 años, una oficinista y manifestante vestida de negro con un casco con respirador y gafas en la mochila.
La televisión pública RTHK indicó que los manifestantes en el distrito financiero cantaban eslóganes como “Desarticulad la Policía ya” o uno de los más repetidos desde que comenzó el movimiento de protesta a mediados del año pasado, “Cinco demandas, ni una menos”.
Asimismo, intentaron cortar calles con objetos como cubos de basura y los antidisturbios les advirtieron de que se arriesgaban a ser detenidos por participar en una reunión ilegal si no se dispersaban.
Algunas tiendas de la zona optaron por pedir a sus clientes que se marchasen y cerraron ante el temor a que los enfrentamientos se recrudecieran.
En el distrito financiero de Central, la policía alzó banderas advirtiendo a la gente que se dispersara, antes de lanzar gas pimienta a la multitud y registrar a varias personas. Más de 50 personas en el distrito comercial de Causeway Bay fueron rodeadas y forzadas a sentarse ante un centro comercial, mientras la policía antimotines patrullaba la zona y advertía a los periodistas que dejaran de grabar, mostrando lata de aerosol de pimienta.