Con sospechas sobre su entorno, Nicolás Maduro intenta retomar el control de la Fuerza Armada

05 mayo 19
Con sospechas sobre su entorno, Nicolás Maduro intenta retomar el control de la Fuerza Armada

Ha sido de mayor impacto, para el régimen de Nicolás Maduro y para la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, lo ocurrido el 30 de Abril con el pronunciamiento de un pequeño grupo de militares y funcionarios de Inteligencia, junto al presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó, que cualquier llamado a la institución castrense ocurrida en los últimos años por parte de la oposición venezolana.

Hasta ahora Maduro se sentía confiado en el control de la FANB, a través del general en Jefe Vladimir Padrino López. Y no es que en algún momento no tuviera pequeños altibajos que le causaran nerviosismo y que en los últimos meses lo habían llevado, en varias oportunidades, a presentarse, de manera intempestiva, en las oficinas del poderoso ministro de Defensa. De ahí salía confiado y pasaba la tempestad hasta un próximo episodio.

El jefe de la revolución ha confiado en Padrino López, pero sabe que el alto oficial no es un subalterno incondicional, aunque pueda serle leal. Ha entendido que no es un militar genuflexo, aunque lo ha llevado a escenas poco agradables para él, como cuando lo fue presionando hasta que el General le imprimió cada día una mayor carga ideológica y política a su discurso.

Maduro siempre estuvo claro que debía tener sus propios militares de confianza, por la importancia de la Fuerza Armada, que por la Constitución Bolivariana es la institución que tiene el monopolio de las armas. Su primer intento fue con la almirante en Jefe Carmen Teresa Meléndez Rivas, actual gobernadora del estado Lara, a quien nombró ministra de la Defensa el 5 de julio 2013.

Meléndez, quien tenía estrecha amistad con la primera dama Cilia Flores, significaba una garantía para Maduro. Y así fue por cierto tiempo, aunque la almirante no logró convertirse en una líder militar ni ganar ascendencia en la institución armada.

Contra ella conspiraron varias cosas; proviene de uno de los componentes más pequeños de la Fuerza Armada, además de que en la FANB con tendencia mayoritariamente masculina, la dama debía enfrentar el machismo.

De nada sirvió que Meléndez hubiese sido viceministra de Educación del Ministerio de la Defensa, en tiempos de Hugo Chávez, o comandante general de Personal de la Fuerza Armada ni que fuera él quien la asciende como la primera Vicealmirante venezolana y la designara como Ministra del Despacho de la Presidencia.

Maduro la nombra ministra de la Defensa a la par que la asciende a Almirante en Jefe, siendo la primera mujer en ambos campos.

Maduro necesita urgente un relevo militar y pone los ojos en su incondicional general del ejército Carlos Alberto Osorio Zambrano, quien había sido tres veces nombrado Ministro de Alimentación. Lo regresa a los cuarteles, en enero 2016, como comandante de la Región Estratégica de Defensa Nacional (REDI) Central, en sustitución del MG Benavides Torres.

La pretensión era prepararlo para ingresarlo al Alto Mando Militar y eso hace en septiembre de ese mismo año 2016, cuando lo designa Inspector General de la Fuerza Armada, con miras a nombrarlo Ministro de la Defensa.

Pero Osorio Zambrano, no solo no logra asumir ningún liderazgo, sino que recibe el profundo rechazo de la institución armada por los escándalos de corrupción que arrastraba desde su paso por el Ministerio de Alimentación y Corporación CASA.

Es así como es retirado del Alto Mando y unas semanas después Maduro lo nombra en el Despacho de la Presidencia, después lo envía a un cago menor encargado de una empresa de Transporte en el olvido.

Etiquetas de esta nota