Dos migrantes indocumentados murieron al volcar la camioneta en que huían de la Patrulla Fronteriza
08 abril 19El conductor escapó de un retén
Por Infobae
La Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) informó que dos migrantes indocumentados murieron el fin de semana cuando la camioneta en que viajaban volcó por un instrumento con púas para desinflar llantas colocado por las autoridades.
Agentes de El Paso respondieron a un reporte por sospecha de tráfico de personas el sábado a las 8 pm ET, en la carretera 9 de Nuevo México, cerca de la milla 131, a la altura del condado Doña Ana, entre Columbus y Santa Teresa.
Los oficiales le hicieron la parada a una minivan gris, pero ésta no se detuvo a pesar de las señales de emergencia, las luces y las sirenas. Fue entonces que se desplegó la tira de púas para desinflar las llantas.
Como resultado el vehículo volcó y dos migrantes salieron proyectados falleciendo al instante.
«El equipo médico del Doña Ana dictaminó el deceso de los dos individuos, de los 11 que viajaban en el vehículo. Las autoridades transportaron a otros cinco con heridas que no ponían en peligro su vida a un hospital cercano», informó la Patrulla Fronteriza en un comunicado.
El conductor, un hombre de 27 años de nacionalidad estadounidense, fue detenido.
Las identidades de las personas que fallecieron en el incidente está por determinarse, así como la notificación a las familias. La agencia dio parte al departamento de investigaciones de Seguridad Nacional, así como a la oficina de Responsabilidad Profesional del CBP.
La crisis migratoria que se vive en la frontera ha incrementado el número de arrestos de indocumentados. Tan solo en febrero se reportaron más de 12.000, la cifra más alta en 20 años.
El fin de semana el presidente Donald Trump confirmó la renuncia de Kirstjen Nielsen como secretaria de Seguridad Nacional del Gobierno de los EEUU.
Nielsen fue la encargada de implementar programas para aliviar la crisis migratoria como la separación de niños de sus padres. Su lugar será tomado de forma interina por Kevin McAleenan, un veterano del CBP.
¿Quién en Kevin McAleenan?
Nacido en Hawai, en 1971, McAleenan es la opción de Trump para ocupar -de manera interina- uno de los cargos más controvertidos de su Administración, el de secretario del DHS, una agencia que, entre otras funciones, se encarga de combatir la inmigración ilegal.
Una tarea que no le resultará del todo ajena al sucesor de Nielsen, quien desde 2006 trabaja en la CBP, que es el órgano encargado de la seguridad fronteriza.
Desde 2017, ostentaba el cargo de comisionado de la CBP, en un primer momento en funciones y, ya desde marzo del año pasado, tras jurar el cargo, de forma fija.
McAleenan ha sido una de las voces más activas en defender el discurso de la Administración Trump de que la llegada ingente de inmigrantes a la frontera con México ha puesto a los servicios fronterizos en una situación límite.
El pasado mes de marzo, denunció que la situación había llegado a un «punto crítico» después de que los agentes fronterizos apresaran a 12.000 migrantes en apenas dos días.
«Vamos camino de las 100.000 aprehensiones y encuentros con migrantes, de los cuales el 90 % -unos 90.000- han cruzado la frontera ilegalmente entre los puertos de entrada. Marzo presentará las cifras más altas en más de una década», afirmó en declaraciones recogidas por los medios.
Entre los retos a los que deberá ahora hacer frente el próximo jefe del DHS, cuyo nombramiento oficial aún no tiene fecha, estará atajar una crisis que unos consideran humanitaria y otros de humanidad.
Por un lado, la Administración defiende que la llegada de migrantes que alcanzan la frontera sur del país tras atravesar México, la mayoría de ellos viajando en familias, pone en peligro sus vidas y les expone a los peligros del tráfico de personas.
Por este motivo, el propio Trump no ha escatimado gestos ni palabras para tratar de disuadir a estas personas, que proceden principalmente de Centroamérica, de que emprendan el viaje.
El último de estos mensajes se produjo esta misma semana, cuando se refirió a los inmigrantes que llegan a la frontera sur como «animales» y les dijo que estaban perdiendo el tiempo con su viaje ya que EE.UU. «no puede aceptar» a más solicitantes de asilo porque «está lleno».
Por el otro lado, la oposición demócrata y numerosas organizaciones sociales que denuncian que es la falta de humanidad del Gobierno -que corta las ayudas a los países de la región, separa a las familias en la frontera y encierra a menores en instalaciones sin las condiciones básicas- la que pone en peligro las vidas de los migrantes.
Mientras que la Casa Blanca se obstina en hablar de la necesidad de construir un muro, la hasta hoy secretaria del DHS, Nielsen, ha citado en su carta de dimisión la necesidad de lograr «el apoyo del Congreso y de los tribunales para arreglar las leyes».
Sin duda, este será el mayor reto al que tendrá que enfrentarse McAleenan, si es que quiere ser confirmado: atajar el problema de la llegada de migrantes de una manera que, no obstante, satisfaga a un mandatario que, según muchos, acierta con el diagnóstico del problema pero yerra con el tratamiento.