El entrenador y los niños de Tailandia explicaron por qué entraron a la cueva y cómo quedaron atrapados

18 julio 18

Equipo Jabalíes Salvajes

El entrenador y los niños de Tailandia explicaron por qué entraron a la cueva y cómo quedaron atrapados

Ekkapol Chantawong, entrenador del equipo infantil que quedó atrapado hasta 17 días en una cueva al norte del país, reveló cómo fue que decidieron entrar al complejo y relató las primeras horas en el lugar, cuando se dieron cuenta que no podían salir.

«Algunos sugirieron ir a la cueva y les dije ‘sí, claro’. Luego comenzamos a planearlo», contó el joven de 26 años, único adulto del grupo. Era el sábado 23 de junio y el equipo había terminado un entrenamiento. «Jugamos partidos en el camino al lugar, comenté eso en Facebook. Luego de eso, cuando terminamos el partido, fuimos a la cueva. Teníamos curiosidad, muchos no habían estado allí», explicó ‘Eka’, admitiendo que cedió al pedido de los niños.

El entrenador señaló que ya había estado en el lugar, incluso con niños del plantel. «La última vez que fui, con tres chicos, eran características similares. Les dije que si estaba con ese nivel de inundación, teníamos una hora para entrar y salir», indicó, mostrando que tenía conocimiento de la zona.

Según recordó, en ese momento uno de los menores aclaró que tenía que estar de regreso a casa a las 5 de la tarde para la celebración de su cumpleaños.

«Estábamos muy adentro y creció la inundación. Teníamos que nadar para continuar y les pregunté si estaban de acuerdo. La mayoría de ellos sabe nadar, pero algunos no tanto. Muchas veces vamos a nadar luego de jugar fútbol», prosiguió el entrenador.

«No sabíamos si el agua había crecido o no. Algunos nadaron y dijeron que estaba bien, y los seguimos. Después revisé si había otra área a la que podíamos ir, pero siempre se necesitaba nadar. Les dije que era mejor volver y regresar otro día. Vamos a casa», exclamó Chantawong.

Sin embargo, la situación se complicó cuando estaban nadando de regreso a la entrada. Uno de los chicos gritó que había mucha agua. Otro preguntó si estaban perdidos. «Eso no era posible, solo había un camino. Fui a revisar. Tomé una cuerda y les dije que si la tiraba dos veces, era el camino correcto y debían seguirme». Pero no hubo forma de llegar hasta la salida.

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