Los ciudadanos venezolanos volverán a marchar este lunes contra el gobierno de Nicolás Maduro, tras más de 51 días de protestas brutalmente reprimidas por las fuerzas del régimen chavista que dejaron 60 muertos y cientos de heridos y detenidos.
La Federación Médica Venezolana (FMV) se dirigirá al Ministerio de Salud en apoyo a la oposición en Caracas. Se reunirán a las 10 horas locales, bajo el lema «Gran marcha por la salud y la vida».
Por la apertura de un canal humanitario, este lun #22May, 10:00 am, Unidad Democrática invita a la #GranMarchaPorLaSaludYLaVida. ¡Asiste! pic.twitter.com/e68xOftk9c
— Unidad Venezuela (@unidadvenezuela) 21 de mayo de 2017
«Hay que ir escalando la presión producto de lo que es la respuesta del gobierno», señaló el domingo el líder opositor Henrique Capriles.
Pese a los gases lacrimógenos y la violencia, las protestas de la oposición no cejan, en medio de un colapso económico que genera una severa escasez de alimentos y medicinas, y una inflación que según el FMI escalará a 720% este año, además de una criminalidad rampante.
«Apenas tenemos 3% de insumos. Es una situación caótica. Marcharemos por el hambre que hay, por la carencia de medicamentos, ese holocausto de la salud que ha impuesto el gobierno», dijo a la AFP Douglas León Natera, presidente de la FMV.
Queremos que «doten los hospitales como debe ser», añadió.
Por falta de insumos, equipamiento y medicamentos, la situación de los hospitales en Venezuela -que cuenta con las reservas de petróleo más grandes del mundo- es «catastrófica» según los médicos.
La oposición tiene el desafío de atraer manifestantes pese no sólo a la violencia, sino a una vida cotidiana que en muchos casos puede ser insoportable, con colas interminables para conseguir alimentos o con el tránsito paralizado por las protestas.
El sábado más de 160.000 personas -según los organizadores- se congregaron en la principal autopista de Caracas e intentaron caminar hacia el ministerio del Interior en el centro de la capital.
Fueron dispersados con gases lacrimógenos, a lo que los manifestantes respondieron con piedras y cócteles molotov.
Además, más de 40.000 personas protestaron en la ciudad de San Cristóbal, en el estado de Táchira, fronterizo con Colombia, hacia donde Maduro ordenó el envío de 2.600 militares tras disturbios y saqueos la semana pasada.
Las divisiones entre gobierno y oposición se agudizaron tras la convocatoria de Maduro a una Asamblea Constituyente «popular», en la cual la mitad de sus integrantes serían elegidos en sectores afines al gobierno.
Maduro insiste que el «Sí a la Constituyente» es el único camino «hacia la paz».
La oposición rechaza la propuesta de plano por considerar que no son más que un intento del mandatario para mantenerse aferrado al poder, evitando las elecciones presidenciales de 2018.
«Pretenden redactar una Constitución sin llevarla a referéndum. Si hubiera referéndum, nosotros lo liquidamos con el voto», señaló Capriles el domingo en Persicope.
Maduro enfrenta el rechazo de siete de cada diez venezolanos, según sondeos privados.
(Con información de AFP)