Agencias
La BBC es innegociable». «Cristiano es un mito». Aseveraciones rotundas desde la cúpula del madridismo para alimentar la estima de un goleador de época que atraviesa por una crisis de efectividad. Dicen que dudar de Cristiano Ronaldo es una osadía y una provocación, pero lo cierto es que el portugués ha comenzado a generar dudas entre aquellos que siempre elogiaron su extraordinaria capacidad anotadora.
En esta Liga, presenta sus estadísticas más pobres desde que se incorporó al Real Madrid, en el verano de 2009. En seis partidos sólo ha marcado en dos ocasiones, un 0,3 de promedio, muy lejos del estratosférico 2,16 obtenido en el arranque del curso 2014-15. En el global del curso, en siete temporadas, nunca descendió del 0,89. La media de remates en los seis encuentros de Liga disputados es 6,5, muy por debajo también de lo acostumbrado.
En el lluvioso domingo contra el Athletic, el luso exhibió su frustración por el desacierto en una suerte que siempre dominó con pericia. De pronto, la portería mengua y el guardameta se transforma en gigante. Un obstáculo infranqueable para quien desconocía el imposible. Ante el conjunto vizcaíno sumó su cuarto partido consecutivo en el Santiago Bernabéu sin marcar, algo inédito en su trayectoria.
Los errores se acumulan y la ansiedad impide consumar ocasiones que antes se antojaban fáciles. Irrumpe la desesperación y el público recrimina al ídolo. Un círculo vicioso que trata de romper. El murmullo y los silbidos en varios tramos del último encuentro reflejan el debate abierto sobre las prestaciones del portugués, lastrado en el inicio de la temporada por la lesión de rodilla producida en la final de la Eurocopa. En el Madrid observan el presente, pero no dudan del futuro.
Probablemente, el momento de plenitud de CR ya pasó y hay discrepancias sobre su auténtica jerarquía en el grupo. Muchos instan a Zidane a que le sustituya en la parte final de los partidos, porque está mermado físicamente. Incluso algunos reclaman un tiempecito en el banquillo en beneficio de Morata y Lucas Vázquez. Las mismas peticiones recaen sobre Benzema, que también comenzó el curso renqueante -entre ese bajón y las críticas extradeportivas, ha quedado fuera de los candidatos al Balón de Oro-. No obstante, el francés va recuperando la forma y algo similar se espera de Cristiano. De momento, Bale es el único incuestionable del ilustre tridente.
Zidane no alberga dudas sobre el trío, y respalda a Ronaldo en estos momentos críticos. «A Cristiano le falta un poco, pero tiene ocasiones y eso es lo más difícil. Hay que tener paciencia porque el gol llegará antes o después», recalcó después de que el delantero se topara con una pared llamada Gorka Iraizoz.
El técnico francés confía en que su estrella recupere su mejor versión. Sabe que la puesta a punto de Ronaldo va con retraso debido a las semanas que permaneció parado por el esguince de rodilla de la Eurocopa. Ha carecido de pretemporada y ahora es cuando debe comenzar a afinar su preparación. CR7 también recibe el apoyo de sus compañeros. Marcelo: «Cristiano quiere marcar. Es un jugador que ayuda muchísimo, no sólo con los goles, sino con el trabajo fuera del campo. No le veo ansioso, sólo que es un delantero y quiere marcar». Morata: «Está acostumbrado a hacer tantos goles y es normal que quiera anotar. Seguro que luego llegan todos seguidos». Hasta Emilio Butragueño salió anteayer en auxilio del portugués: «No ha marcado pero es un privilegio tener un jugador como Cristiano en tu equipo».
Ronaldo trata de rehuir la angustia generada por sus decepcionantes números y trabaja duro en su particular pretemporada. Necesita minutos y por eso no extraña que mañana sea convocado para la ida de los dieciseisavos de la Copa del Rey contra la Cultural Leonesa. Excelente reclamo para un líder invicto de Segunda B.
