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Denuncian que las fuerzas de Maduro reprimen con bombas lacrimógenas letales

26 mayo 19

Experta química analizó los cartuchos que utiliza la policía bolivariana

Denuncian que las fuerzas de Maduro reprimen con bombas lacrimógenas letales

Por Infobae

Mónica Cristina Kräuter Romano recibió a Infobae en un rinconcito de España, en la ciudad de Valencia, donde se tuvo que refugiar luego de ser amenazada al investigar el tipo de bomba lacrimógena que los cuerpos policiales usan en Venezuela. Al verla tan sencilla, casi serena, uno no se la imagina a simple vista que tenga la fuerza y persistencia que la llevó a hacer un trabajo de investigación tan importante, que luego resultara en su tesis para el doctorado en desarrollo sostenible.

«Esto es un genocidio», sentencia al referirse al uso de bombas lacrimógenas sobre la población y como ejemplo evidencia que el municipio Chacao en Caracas, durante los años 2014 al 2017, fue convertido en una cámara de gas. Además del mortal uso de las bombas directamente contra el cuerpo de manifestantes y la exposición a la que son sometidos los militares, no solo cuando los entrenan con bombas lacrimógenas para elevar el nivel de tolerancia sino en el uso de las bombas vencidas que las convierten en arma letal.

Confiesa que para el estudio formal debía tener suficientes bombas, suficiente muestra, buenos equipos de química y quiénes estuvieran dispuestos a hacer el estudio cromatográfico. «Quien hizo todo los estudios cromatográficos fue una persona muy acérrima al chavismo y apoyó mucho a Hugo Chávez».

Kräuter facilita su investigacióna a quien quiera. «Este caso debe llegar a niveles legales. No sé cómo hacerlo. Y la verdad, tuve mucho miedo porque fui amenazada».

Destaca que no había estudios sobre el uso de las bombas lacrimógenas vencidas, porque a ningún país se le ocurrió usar bombas vencidas, solo a Venezuela. «El 30 de abril 2019, por primera Venezuela usa el gas CN, que aunque es legal, ya no se está usando en ninguna parte del mundo, porque es mucho más fuerte». Además de su costo es muy supeior. «Una bomba lacrimógena está entre 36 a 58 dólares, 110 dólares cuesta la de granada de mano».

Antes de irse a prisa, suplica que haga lo posible para que el mundo sepa lo que el gobierno venezolano está haciendo contra la población civil y contra los militares que no saben los efectos que tienen sobre ellos las bombas que usan para reprimir manifestaciones. «Hay algo que no me deja dormir. Yo estoy convencida de que hay muchas personas en Venezuela que tuvieron mucho tiempo bajo los efectos de las bombas y que a mediano plazo, cinco o diez años, van a manifestar síntomas de esos efectos».